Editorial-Nuestra voz | Los retos “del Gobierno de todos”

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El triunfo y la llegada al poder de Iris Xiomara Castro Sarmiento cambia el panorama político hondureño y da un “giro a la izquierda”, además que ha puesto fin a doce años de gobiernos caracterizados por escándalos de corrupción; este acontecimiento ha avivado las esperanzas de que la nueva presidenta podrá solucionar los padecimientos crónicos que durante décadas han sumido al país en la pobreza y la desesperación: violencia, impunidad, inseguridad, desigualdad, crimen organizado, migración masiva, falta de empleo para las mayorías Etc. y son muchos los que esperan que las promesas de campaña por fin sean realidad y no se queden en simples ilusiones como ha ocurrido en otras ocasiones.

Los problemas de Honduras son muchos, pero las promesas de campaña han creado grandes expectativas en relación al mejoramiento de las condiciones de vida de las mayorías; por lo que el nuevo Gobierno enfrenta enormes retos para desarrollar a Honduras, pero a la vez tiene una gran oportunidad de reducir las desigualdades, acortar la brecha en las poblaciones más vulnerables del país, mejorar las limitadas capacidades de gestión que existe al interior del sector público, optimizar la coordinación entre sectores, rescatar dinero que se ha perdido en acciones ligadas al tráfico de influencias, nepotismo y el mal manejo del sector eléctrico y de las finanzas públicas.

Por esta razón, desarrollar efectivamente un nuevo estilo de Gobierno más allá de lo técnico, que transforme progresivamente la relación entre el Estado y la ciudadanía, mostrando un Estado más cercano y accesible, con servidores públicos preocupados por los problemas del ciudadano de a pie y por hacer efectivo el cumplimiento de la ley, se impone como prioridad. Sin descuidar la seguridad ciudadana, una meta complicada de lograr, pero que preocupa a la mayoría ya que es muy difícil sentir una positiva identidad nacional y un amor al prójimo, cuando hay tanta inseguridad y desconfianza; cuando los criminales, los de la calle y los llamados de “cuello blanco”, andan sueltos y actúan con impunidad.

Pero el gran reto que hará que este Gobierno se distinga será sentar las bases de una reforma de la salud pública y educación que funcione para todos, con resultados efectivos en el corto y mediano plazo, tarea no tan sencilla en un contexto de déficit fiscal creciente y de una gestión pública poco transparente y eficiente pero necesaria después de haber constatado la precariedad de los servicios en el contexto de la pandemia.

Los hondureños bien nacidos aspiran a que el “socialismo democrático” promovido por la señora presidenta logre que todos los esfuerzos estén centrados en torno a las prioridades asociadas al crecimiento económico, al incremento de la competitividad y la sostenibilidad de la productividad sin descuidar tomar medidas vinculadas a la reducción de las desigualdades que afronta la población más vulnerable del país.

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