Hace ocho años y tres meses, el papa Francisco publicaba su encíclica Laudato Si’ «alabado seas», mediante la cual dirigía “una invitación urgente a un nuevo diálogo sobre el modo como estamos construyendo el futuro del planeta” y añadía: “Necesitamos una conversación que nos una a todos, porque el desafío ambiental que vivimos y sus raíces humanas, nos interesan y nos impactan a todos”.
Laudato Si’ es un documento del Magisterio de la Iglesia que contribuyó a la adquisición de compromisos en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP21) en París en el año 2015, con el histórico Acuerdo de París, mediante el cual se estableció objetivos a largo plazo para reducir sustancialmente las emisiones de gases de efecto invernadero y ofreció financiamiento a los países en desarrollo para que pudieran mitigar el cambio climático, fortaleciendo la capacidad de los pueblos para superar circunstancias traumáticas a causa del calentamiento global.
Nuevamente el Vaticano ha adelantado que el 4 de octubre del 2023, coincidiendo con el arranque del Sínodo sobre la Sinodalidad y la fiesta de San Francisco de Asís, el Papa publicará una exhortación apostólica para actualizar su encíclica sobre ecología: LAUDATO SI, como una forma de dar respuesta «a los problemas del momento». La expectación es mucha sobre su contenido y algunos de los expertos climáticos de la Iglesia, se aventuran a adelantar qué novedades traerá, tal es el caso del religioso argentino, Fray Eduardo Agosta, carmelita, doctor en Ciencias de la Atmósfera y los Océanos y asesor del Movimiento Laudato Si’, una institución que aglutina a un conjunto de organizaciones católicas preocupadas por la protección del medio ambiente; que manifiesta que «El propósito es estar a la altura de los signos de los tiempos, ver lo que está pasando a la luz de la fe y proponer nuevos comportamientos”.
Él, explica que, con la elección del 4 de octubre 2023 para su publicación, dos meses antes de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28), la Santa Sede podría generar con este documento un fenómeno «paralelo» al de 2015, cuando la encíclica Laudato Si’ se mencionó en la Cumbre de París y contribuyó a la adquisición de compromisos más firmes. Además, el hecho de que la publicación de dicha exhortación apostólica coincida también con el arranque del Sínodo sobre la sinodalidad es probable que permita acrecentar “la conciencia ecológica de cuidar la casa común y que sea asumida por todos los niveles de la Iglesia, desde la alta jerarquía hasta el pueblo de Dios».
Una tarea que aún está por completarse, porque no toda la Iglesia está conecta aún con la fe con la necesidad de cuidar la creación; alimentando el compromiso de los católicos con el cuidado del planeta «como los ríos que se alimentan de miles de minúsculos arroyos» y acaban convergiendo «en un río majestuoso». El Pontífice, al anticipar que estaba escribiendo la segunda parte de su célebre documento sobre el cuidado de la casa común, propone transformar nuestros corazones, nuestros estilos de vida y las políticas públicas que rigen nuestras sociedades y vuelve a hablar de la conversión ecológica; estaremos atentos y les contaremos.