Han pasado 68 años desde aquel día viernes 25 de mayo de 1956 cuando el Padre José Alfonso Molina, un sacerdote diocesano, hondureño, tuvo la genial idea de publicar un boletín de 4 páginas, en blanco y negro, impreso en un mimeógrafo, con circulación exclusiva en las Parroquias de Tegucigalpa y Comayagüela, con la misión fundamental de formar, orientar y educar a la población católica de aquella época con el firme propósito de compartir y defender el evangelio de Jesús y la fe católica.
Esos humildes inicios bajo la bendición de Mons. José de la Cruz Turcios y Barahona, Obispo de la Arquidiócesis de Tegucigalpa y Comayagüela, como un modesto boletín hasta su estatus actual como respetable institución del periodismo católico, son la muestra que desde su creación, hace más de 6 lustros, FIDES ha mantenido firme su compromiso de defender los valores de la Iglesia, promover el diálogo y actuar como catalizador de un cambio positivo en la comunidad creyente y en la sociedad hondureña en general; con el apoyo de hombres y mujeres que cada día dan lo mejor de sí con renovado empeño y dedicación, para consolidar un semanario comprometido con la promoción del dialogo y basado en una información objetiva y de calidad.
Es imposible no sentirse impresionado con la rica historia y el legado, basado en la excelencia que un medio católico como FIDES encarna; a través de sus 68 años ha sido testigo de momentos de tribulación y de triunfos desplazándose con gracia, integridad e inquebrantable dedicación por la cambiante realidad de Honduras y el mundo; evolucionando continuamente para responder a las necesidades y desafíos de los tiempos, permaneciendo fiel a su misión fundamental de invitar a sus lectores a la reflexión y a la defensa de la justicia y la compasión.
Además, desempeñando un papel trascendental a la hora de formar opinión, en relación a cuestiones críticas a las que se ha enfrentado la Iglesia y la sociedad, mediante sus inteligentes, lucidos e inspirados comentarios, artículos y reportajes. En este aniversario 68, seguimos empeñados a través de las ediciones dominicales, las ediciones especiales, a inspirar a innumerables lectores a la acción y la reflexión como uno de los aspectos más notables de la capacidad del hondureño para adaptarse e innovar ante la adversidad; renovando cada mente y cada corazón en la perspectiva del bien común, en la orientación de la juventud a tener aspiraciones de trascendencia y a no dejar que la esperanza decaiga, confirmando un año más que lo que comenzó como el sueño de un Sacerdote se ha convertido ahora en una gran hazaña con la inspiración del Espíritu Santo, la participación y el apoyo de trabajadores, reporteros, auxiliares, personal administrativo, fotógrafos, columnistas, articulistas, fotógrafos, directivo etc. que desempeñan su labor con talento, pasión y devoción, pero no como un trabajo más. Gracias a la Virgen de Suyapa por tu intercesión y por cuidar como una mamá a los miles de lectores a lo largo y ancho de esta bella tierra llamada Honduras, que nos siguen con absoluta fidelidad. El trabajo no se detiene, estamos de fiesta, pero sin perder el rumbo ¡Vamos por más!