Editorial |Nuestra voz |Al encuentro con Jesús a través de la Virgen María de Suyapa

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Honduras celebró este sábado 3 de febrero recién pasado el 277 aniversario del milagroso hallazgo de la imagen de la Virgen María de Suyapa, Patrona de Honduras y madrecita de miles de personas que vinieron a visitarla o que siguieron por las redes sociales de Suyapa Medios todos los acontecimientos y celebraciones en su honor. La fiesta que inició el 25 de enero con la novena a la Santísima Virgen de Suyapa, con la vigilia y alborada con cantos, música y oración el viernes 2 de febrero y con la gran Misa Solemne con que culminó la veneración a la Virgen María bajo la advocación de Suyapa, motiva a muchas personas a preguntarse ¿por qué la Iglesia coloca la Veneración hacia la Santísima Virgen como un elemento primordial del culto cristiano católico y la honra como “Madre de Dios” y Madre nuestra, con un culto especial desde los tiempos más antiguos? Y la respuesta la encontramos en las Sagradas Escrituras que nos afirma que nosotros vamos a Jesús del mismo modo que Él vino a nosotros: a través de María.

Desde el momento en que Ella, actuando libremente le dijo sí al anuncio del ángel y que Jesús fue concebido bajo su Inmaculado Corazón, por el poder del Espíritu Santo, comenzó a formar parte del Plan de Salvación de Dios y aún más cuando Jesús, desde la agonía en la Cruz, en la hora suprema de la nueva creación, nos la deja en la persona del Apóstol Juan, como madre de todos nosotros, la Virgen María se destaca como guía por el camino seguro para llegar a buen puerto: orientando nuestra mirada y nuestros pasos hacia su Hijo, que es el Camino, la Verdad y la Vida, de tal manera que nuestro encuentro con Jesús sea la mejor muestra de nuestra devoción sincera hacia ella. En el rostro de la Morenita encontramos, en efecto, la ternura, el amor, la misericordia y la cercanía de Dios con nuestro pueblo, con nuestra manera de ser y de sentir; en Ella vemos reflejado el mensaje esencial del Evangelio: la Virgen pura y sin mancha, es para nosotros escuela de fe destinada a guiarnos y a fortalecernos en el camino que lleva al encuentro con Cristo. Ella, que “conservaba todos estos recuerdos y los meditaba en su corazón” (Lc 2, 19), nos enseña lo trascendente de la escucha de la Palabra en la vida del cristiano, como discípulos misioneros.

Con los ojos puestos en sus hijos y en sus necesidades, como en Caná de Galilea, la Virgen María de Suyapa nos ayuda a mantener vivas las actitudes de atención, de servicio, de entrega y de gratuidad que deben distinguir a los discípulos de su Hijo, Ella nos invita a consumar el divino misterio de Amor para transformar nuestro corazón y conformarlo al de Nuestro Señor Jesucristo, dejándonos llevar de la fuerza y la gracia del Espíritu Santo que nos impulsa a vivir un estilo de vida compartido y solidario, en fraternidad, en atención y acogida del otro, especialmente si es pobre o necesitado.

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