Si, aunque parezca mentira, es una gran verdad que se debería de enseñar en la catequesis de primera comunión. Es como decir que mamá y papá quieren a todos sus hijos por igual, es otra gran mentira que se debería de evidenciar en la pastoral familiar.
Mc 1, 11 “Y se oyó una voz que venía de los cielos: «Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco.»
Calma, ahora te explico a que me refiero con esto, cuando Dios nos creó nos hizo en serio, no en serie, por tanto, cada ser humano es único e irrepetible, entonces Dios no nos puede amar a todos de la misma manera.
Is 49, 15-16 “¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Pues, aunque ésas llegasen a olvidar, yo no te olvido. Míralo, en las palmas de mis manos te tengo tatuada…”
¿Ya deduces cómo nos ama Dios? Dios nos ama de manera única y personal con el amor que cada uno de nosotros necesitamos, y sí, así nos aman nuestros padres de manera personal, no de forma general.
Is 54, 10 “Los montes se correrán y las colinas se moverán, pero mi amor de tu lado no se apartará y mi alianza de paz no se moverá, dice el Señor, que tiene compasión de ti”.
Así que ya puedes ir y contar a tus familiares y amigos que ni papá y mamá y mucho menos Dios, nos aman de la misma forma, sino que sienten por nosotros un amor único, firme e incondicional.
1 Jn 4, 10 “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó primero”
