Después de 7 años de estar misionando en África, olanchana regresa a casa

Por Francisco Sosa

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Las despedidas y regresos son emotivos, ya que en el lugar donde se estuvo se dejan amistades y se encuentran nuevos retos que al final son experiencias inolvidables que son motivo para compartir e invitar a los demás a tener empatía por el prójimo.

Fanny Zobeida Moradel Zapata, misionera perteneciente a la parroquia Santa Gertrudis de la diócesis de Juticalpa, es misionera Ad-gente en los países de Filipinas en Asia y Kenia en África respectivamente. Ella, por un periodo de 7 años y 7 meses, estuvo en estos lugares y a su regreso a su tierra natal, nos atendió como Semanario FIDES, muy amablemente y contestó algunas interrogantes que le formulamos de acuerdo a esta experiencia misionera en la que ha representado fielmente a esta zona pastoral de Honduras.

Viaje

Su proceso para ir en esta misión, comenzó formándose con los misioneros Ad-gentes en Juticalpa, con el apoyo de Carlos Moreno, coordinador de esta agrupación. “Estuve 3 años en Tegucigalpa preparándome para luego ser aceptada para esta labor; luego me enviaron a Filipinas, para después establecerme en Kenia”, nos comentó Fanny

Su impresión al llegar fue maravillosa, pero a su vez, pudo conocer la diversidad y riqueza cultural, sus trajes tradicionales y la devoción al celebrar la Eucaristía. “La capital de Kenia, Nairobi, me impresionó mucho por su desarrollo y la forma de vida de su población”, comentó y agregó que lo que más le costó fue adaptarse a sus comidas. Algo que también le llamó mucho la atención de los kenianos, es que son bastante unidos. “Tienen una tradición que se llama Harambee, que significa trabajar juntos. Ellos son muy acogedores y sociables. Les gusta mucho ser hospitalarios”, menciona la misionera. Fanny agregó, que ahora que regresó a Honduras, después de un servicio misionero más allá de las fronteras, está en paz consigo misma, viviendo esta etapa de extranjera en su país. “Estoy nuevamente adaptándome y actualizándome de nuestra realidad y con deseos de seguir sirviendo a nuestra Iglesia”, confesó.

Misión

Esta misionera olanchana, agradece a Dios y a su familia por la fe que le inculcaron. De igual forma, reconoce el apoyo de la diócesis que le abrió las puertas y a aquellas personas e instituciones que hicieron posible que ella tuviera esta formación y poder servir. Concluyó diciendo que “desde lo más profundo de mi corazón les deseo abundantes bendiciones y que nos preparemos para celebrar el nacimiento del Niño Jesús y que el 2023 sea de mucha prosperidad”.

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