Existen diversos tratamientos para el cuidado de la piel, ofrecidos por distintas marcas. Sin embargo, desde la antigüedad se ha reconocido que los remedios caseros y naturales son aliados poderosos para mantener la piel saludable y radiante.
Las transformaciones en el rostro pueden ser resultado de diversos factores, como la genética, la exposición a contaminantes ambientales, los rayos solares y la inevitable acción del tiempo. Con el paso de los años, es natural que la piel pierda su juventud y vitalidad, mostrando signos de envejecimiento.
El arroz es reconocido por sus propiedades humectantes y antioxidantes, que mantienen la piel suave y firme, al tiempo que posee cualidades antiinflamatorias que pueden ayudar a reducir el enrojecimiento cutáneo.
Por otro lado, la avena es un ingrediente que contribuye al equilibrio del pH de la piel, además de hidratarla, calmarla y limpiarla. Sus proteínas naturales ayudan a mantener el pH de manera óptima, siendo especialmente útil en casos de irritación, picazón, dermatitis o urticaria.
La combinación de estos dos elementos puede contribuir a reducir las manchas oscuras y aclarar la piel, gracias a su contenido de vitamina B y minerales esenciales.
Para preparar el agua de avena y arroz, sigue estos pasos: en una taza grande, coloca 10 cucharadas de avena en hojuelas. En otro recipiente, lava una taza de arroz hasta que el agua quede clara, luego escúrrelo y agrégalo a la avena. Añade 3 vasos de agua, tapa y refrigera la mezcla durante toda la noche.
Al día siguiente, coloca la mezcla en la licuadora y procesa hasta obtener una mezcla uniforme. Luego, cuela el líquido y transfiérelo a un recipiente hermético. Guárdalo en el refrigerador y úsalo de 2 a 3 veces por semana en las noches y mantiene por 20 min y enjuague la cara. Puedes aplicarlo en las áreas de la piel que desees renovar.
Este sencillo remedio casero puede ser una excelente adición a tu rutina de cuidado de la piel, ayudándote a mantenerla saludable y radiante de forma natural.