En la Santa Eucaristía en honor a sus 80 años de vida, Su Eminencia Cardenal Oscar Andrés Rodriguez Maradiaga, acompañado por varios obispos de parroquias tanto a nivel nacional como internacional, ofreció una homilia donde inició destacando la presencia de Monseñor Patrick Zurek, obispo de la ciudad de Amarillo, Texas, quien tuvo una participación activa en el alivio de muchas familias afectadas durante el huracán Mitch, fenómeno natural que causo estragos en gran parte del territorio nacional a finales del año 1998.
Tras destacar la estrecha relación entre varias diócesis de Texas y la Arquidiócesis de Tegucigalpa, Su Eminencia también destacó la presencia de Monseñor Gianfranco Todisco, obispo misionero con varios años en la parroquia de la Montaña de la Flor en el municipio de Orica, y del obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Tegucigalpa, Monseñor Teodoro Gomez, asi como varios otros obispos que le acompañaron durante la Santa Eucaristía.
Junto a esto, también resaltó la ordenación de cuatro nuevos sacerdotes para la Arquidiócesis: Darwin Medina, Jony Murillo, Osman Laínez y Nelson Vasquez. También agradeció la presencia de todos los presentes.
Haciendo alusión a la lectura del Evangelio, inició expresando como en muchas partes de la sociedad se le invita a la población a “ser moderna” y estudiar la gnosis, la cual se define etimológicamente como “conocimiento”. Con esto, se pretende “dar la importancia absoluta al saber”, ignorando la facultad moral que debe tener el hombre y la cual consigue en el encuentro con el Señor.
“El que cree conocer a Dios, y no vive según Dios, es un mentiroso”, expresa San Juan en uno de los fragmentos de la Primera Lectura en la cual Su Eminencia comentó durante su homilía. En el caso del Evangelio de hoy, el cual trata sobre la presentación del Niño Jesús en el templo, nos lleva a “profundizar en el misterio de la encarnación del hijo de Dios”.
Su Eminencia expresa este acontecimiento de manera interesante como “el encuentro del Antiguo Testamento con el Nuevo Testamento”. Asimismo, este encuentro entre la Sagrada Familia con Simeón en la presentación del niño al Señor, “se compara al encuentro que nosotros tenemos con El cuando el nos llame”.
También destaca como la Navidad, un tiempo que debería ser vivido con el gozo del nacimiento de Nuestro Señor, actualmente esta siendo vivida en el mundo “con guerras irracionales”, promovidas por la “falta de la llegada del amor de Jesús” en estos pueblos.
También, en el Evangelio se nos invita a vivir la Navidad “de manera más profunda” y a “descubrir, movidos por el Espíritu Santo, la presencia de Jesús en nuestra vida”. Asimismo, Su Eminencia enfatiza en los dolores que sufrió la Virgen María por el rechazo que vivió Jesús en su vida, pero también en la “fortaleza de seguir adelante”, asimilándolo a los obstáculos que se pueden vivir en el sacerdocio, pero que “son más las cosas positivas”, ya que “el bien seguirá dando sus frutos”.
