En la Eucaristía sabatina desde la Basílica de Suyapa, el Padre Rodolfo Varela, centró su reflexión sobre el don del Espíritu Santo sobre el temor de Dios.
El presbítero señaló que existen dos temores, “El santo temor de Dios, que nos hace cumplir sus mandamientos y estar cerca de Él, que nos hace ser obediente a sus palabras y el temor que tenían sus discípulos, de preguntarle al Señor que significaba esto, porque tener miedo, por que le tienen miedo a la cruz, porque el Mesías que estaban esperando no es un Mesías que sufre, es un Mesías victorioso, que sale adelante, que los va a liberar del imperio romano, un Mesías político, pero Jesús viene diciéndoles en el discipulado lo que va a pasar con Él y los discípulos saben que lo que le pase al maestro, les pase a ellos, entonces tienen miedo, no tienen un temor santo, sino un temor de cobardía”.
El Padre Rodolfo explicó que hay que educar a los jóvenes en el temor de Dios, un santo temor que “Nos hace ser fieles aún en lo poco, el temor de cobardía nos va a llevar a huir de la cruz o vender al Señor como lo hizo Judas, pidámosle a Dios tener un temor santo y no uno de cobardía”
El Papa Francisco en una Audiencia General explicó que es el temor de Dios. El señaló que “No significa tener miedo de Dios: sabemos bien que Dios es Padre, y que nos ama y quiere nuestra salvación, y siempre perdona, siempre; por lo cual no hay motivo para tener miedo de Él. El temor de Dios, en cambio, es el don del Espíritu que nos recuerda cuán pequeños somos ante Dios y su amor, y que nuestro bien está en abandonarnos con humildad, con respeto y confianza en sus manos. Esto es el temor de Dios: el abandono en la bondad de nuestro Padre que nos quiere mucho”.