¡Cuidado! La rutina y monotonía destruyen matrimonios

Los problemas de toda índole, se han convertido en detonantes para que las parejas se olviden de ellos mismos, cayendo en un aturdimiento conyugal

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“Hasta que la muerte nos separe” es una promesa que sella el inicio de un Matrimonio. Quizá escucharlo o leerlo suena bonito y comprometido, sin embargo, en esta frase hay un enorme reto acompañado de un constante mantenimiento afectivo que no debe desaparecer para evitar que lleguen los reproches entre la pareja. “Antes me traías flores”, “Cuando éramos novios me recibías con una sonrisa…” “¿Desde hace cuánto no me dices que me amas?” “¡Claro, como ya me ves viejo!”, son algunas expresiones que con el paso de los años resuenan en un hogar y sumado a esto los problemas económicos, la crianza de los hijos y las ocupaciones diarias, muchas veces se olvida la afectividad hacia el cónyugue, lo que hace que la relación caiga en un bache de monotonía y rutina.

El consejero familiar Óscar Osorio, recomienda que para evitar que un matrimonio caiga en la redundancia es importante contar con “Voluntad e interés por ambos” y mantener un diálogo constante para generar confianza. “Manifestar continuamente afecto y el contacto físico promueve una relación saludable afectivamente hablando” apunta el especialista, quien añade que “se debe sorprender positivamente al cónyuge con pequeños detalles de forma constante, además de generar la cultura de la admiración u honrar a la pareja, reconociendo lo positivo del otro”.

Testimonio

Marcia Pineda y Reinaldo Chávez, desde hace treinta años decidieron unir sus vidas a través del sacramento del Matrimonio. Fruto de ello, son dos hijas y muchos caminos, algunos con tranquilidad y otros sorteando varios obstáculos, en especial compartir el tiempo propicio como pareja. “Todo lo hemos sustentado en Dios. Mantenernos cerca de la Iglesia ha sido de mucha ayuda. Hemos logrado una comunicación clara, dejando a un lado el creer que solos podemos salir adelante. No es fácil, pero si lo proponemos como proyecto, funciona” dijo al Semanario FIDES Marcia, quien además apunta que hacen espacio para ellos.

Monteros, señala en su libro “El anillo es para siempre” lo que debe de primar siempre el amor en la pareja. “Cambiamos no solo física sino también psicológicamente: cambia nuestro carácter, nuestra manera de reaccionar, nuestra paciencia. Si al pasar de los años hemos ido perdiendo algunas cualidades que antes nos adornaban: simpatía, optimismo, ecuanimidad… no es motivo para terminar un amor. El amor va más a allá”. Por ello, el presbítero recomienda ver los problemas “como una oportunidad maravillosa de crecimiento. Este debe ser un camino de crecimiento, y para eso necesitan aprovechar todas las oportunidades”. Nadie dijo que sería fácil e incluso el Papa Francisco lo ha subrayado. “El Matrimonio no es un camino llano, sin problemas. De lo contrario, no sería humano. Es un viaje comprometido, a veces difícil, a veces complicado, pero así es la vida”.

Este sacramento es un signo precioso, reza el numeral 121 de la exhortación apostólica postsinodal Amoris Laetitia, porque “Cuando un hombre y una mujer celebran el sacramento del Matrimonio, Dios, por decirlo así, se “refleja” en ellos y les imprime los propios rasgos y el carácter indeleble de su amor. El Matrimonio es la imagen del amor de Dios por nosotros. También Dios, en efecto, es comunión: las tres personas del Padre, Hijo y Espíritu Santo viven desde siempre y para siempre en unidad perfecta”.

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