Con la Iglesia en salida, atendiendo el llamado del Papa Francisco, la unidad de los cristianos es un hecho que también cabe en este signo, transformando lo que antes dividió, en un tiempo de fraternidad y cordialidad, sin proselitismo ni ataques.
Abiertos
Para el laico comprometido Rolando Barahona, la actitud de todo católico al conversar con un hermano protestante sobre temas de fe, debe ser de “Apertura, porque que todos somos hijos de un mismo Dios, y no es por culpa de ellos, sino de doctrinas del mal que les ha desperdigado de la verdad”.
Barahona, piensa que, sí conviene establecer diálogos con protestantes, pero bajo ciertas normas y lineamientos, él afirma que “hay otros hechos que pueden servir más. Sí, se debería establecer pláticas de fe con ellos, pero más que palabras, testimonios de vida nuestros, en el cual mostramos en nuestro actuar el amor de Dios para con todos y la razón de hacerlo porque el Señor no quiere que ninguna alma se pierda”. Barahona también invita a tomar críticas o ataques con madurez, afirmando que “indistintamente de sus creencias siguen siendo hijos de Dios y a quien más se le va a exigir no es a ellos que no conocen la verdad plena, sino a nosotros que, conociéndola no la practicamos con devoción”.
Cambio
Hace algunos años, el rechazo e incluso la discriminación se hacían presente en católicos al conversar con protestantes y viceversa; claramente los tiempos han cambiado y los conocimientos avanzan. Para el Diácono Permanente, Javier Suazo, “El católico debe salir al encuentro de nuestros hermanos protestantes. Tomemos el ejemplo del Papa Francisco, que ha generado varios encuentros con muchas religiones en donde encontramos varias razones que nos unen y la principal es que seguimos a Cristo”. El diácono Javier, invita a que motivemos estas conversaciones “desde los dones del Espíritu Santo que nos ayudarán a comprendernos, a mantener la tolerancia y el respeto entre las religiones, hay que enriquecerlos con el buen testimonio de vida y de fe” concluyó diciendo el consagrado.
