Enfrentar una enfermedad puede ser una experiencia abrumadora que afecta profundamente tanto el cuerpo como el espíritu. En estos momentos críticos, la fe juega un papel crucial no solo como consuelo emocional, sino también como un elemento fundamental para el bienestar integral de las personas.
Testimonio
La fe proporciona un sentido de esperanza y propósito que puede ser esencial para mantener una actitud positiva y resiliente frente a la enfermedad. Verónica Mairena, feligrés de la Parroquia Sagrada Familia, expresa lo que ha vivido a través de su enfermedad y como la Iglesia le ha ayudado a ella a poder fortalecer y aumentar su fe. “En el Camino Neocatecumenal se me habló que los ángeles de la enfermedad, vejez y muerte, llegarían algún día y lo importante de saber que Dios que nos ama y ayuda a poder llevar nuestras cargas”.
Mairena agrega que “llegan las enfermedades a mi vida, hoy con 53 años, diagnosticada a mis 30 años con artritis reumatoide y fibromialgia. Esa evangelización que recibí, hoy en día me fortalece porque en los momentos de tristeza y preocupación he podido experimentar esa fortaleza, esa alegría que viene de Dios que me dice apóyate en mí y te ayudare a ser tus cargas más ligeras”.
El Padre Santos Pablo Vásquez, capellán de la capilla San Rafael, ubicada dentro del Hospital Escuela (HE) de Tegucigalpa, nos indica como poder mantener nuestra fe en medio de la enfermedad. “En esos momentos realmente se enfrenta a una situación límite que desafía a la persona en todas sus realidades y nos hace cuestionarnos nuestros fundamentos básicos de nuestra vida o de nuestra existencia, pero también se presenta como una gran oportunidad para poder descubrir esa presencia o esa gracia del señor en nuestra vida”.
De igual forma, el presbítero nos sugiere cómo podemos acompañar al enfermo al decir que “lo principal es hablar siempre con el corazón al enfermo; como segundo consejo es la lectura espiritual para que el enfermo se entienda así mismo y no vea la enfermedad como un castigo; en tercer lugar, es buscar apoyo como comunidad, el cuarto elemento es la oración este convirtiéndose muy valioso orar por la realidad del enfermo y orar desde el corazón”.
El Papa Francisco nos enseña a poder atender a los enfermos con amor y respeto dejando en claro a las sociedades el siguiente mensaje: “Los enfermos, los frágiles, los pobres están en el corazón de la Iglesia y deben estar también en el centro de nuestra atención humana y solicitud pastoral”.
