Limpiar el pollo de manera adecuada es esencial para garantizar la seguridad alimentaria y reducir el riesgo de contaminación cruzada. Aquí tienes una guía básica para limpiar el pollo antes de cocinarlo:
- Lavado de manos
Antes de tocar el pollo, lávate bien las manos con agua tibia y jabón. Esto ayuda a prevenir la transferencia de gérmenes a la carne.
- Preparación del área de trabajo
Limpia y desinfecta la superficie de trabajo y los utensilios que utilizarás.
- Retirar el pollo del empaque o bolsa
Retira el pollo del envase en el fregadero para evitar que los jugos contaminen otras superficies de la cocina.
- Eliminar partes innecesarias
Si el pollo aún tiene algunas partes innecesarias, como la grasa o la piel en exceso, puedes recortarlas con tijeras de cocina limpias.
- Enjuague opcional
Algunas personas eligen enjuagar el pollo con agua fría. Sin embargo, ten en cuenta que esto puede dispersar bacterias por la cocina, y la cocción adecuada eliminará cualquier bacteria presente en la carne. Para desinfectar el pollo, un tip es hacerlo con jugo de limón y mostaza.
- Secar con papel de cocina
Después de enjuagar o simplemente al sacar el pollo del envase, sécalo con papel de cocina. Un pollo seco ayuda a que los condimentos y las marinadas se adhieran mejor, y también reduce el riesgo de salpicaduras durante la cocción.
- Desechar materiales de manera segura
Deshazte de cualquier material de empaque y otros residuos de manera segura, evitando la contaminación de superficies de trabajo cercanas.
- Lavado de manos nuevamente
Lávate las manos nuevamente después de manipular el pollo crudo.
Recuerda que la cocción adecuada es clave para eliminar cualquier bacteria presente en el pollo.