¿Cómo defendernos ante los ataques de nuestra fe?

Es necesario actuar con caridad ante estas situaciones que no nos deben de robar la paz

0
1078

Cada vez son más comunes, constantes e insistentes los ataques contra nuestra fe, que van desde las agresiones directas contra la Iglesia en los casos como Nicaragua, hasta ser juzgados y burlados por creer en la Virgen María. Y es que claro, la intención del enemigo es crear división porque “Todo reino dividido contra sí mismo perecerá”, es por esto que, como católicos, debemos formarnos y estar preparados para que estas tribulaciones no nos debiliten y tener toda nuestra confianza plena en Dios, entonces ¿Qué podemos hacer nosotros como creyentes ante los ataques?

Recomendaciones

El padre Alex Ramos, párroco de la comunidad Nuestra Señora de la Guadalupe de la Arquidiócesis de San Pedro Sula, nos comparte algunas recomendaciones para este tipo de situaciones. “En primer lugar, orar. El Señor nos pide orar por quienes nos adversan. También es necesario responder con toda sabiduría y mansedumbre. Esto implica dos cosas escuchar al otro y estar formado y preparado para responder”, expuso. En cuanto a la escucha, hemos de tender al diálogo y poner atención a lo que el que “ataca” dice. En cuanto a la sabiduría para responderles, conviene prepararse, formarse en los distintos saberes: Biblia, Tradición, magisterio y doctrina, teología, historia de la Iglesia y algunas ciencias humanas para responder con propiedad a los ataques.

Unido a lo anterior, cultivar algunas actitudes como la paciencia, amabilidad, astucia y, si los ataques son demasiado viscerales y fundamentalistas, convendría ignorarlos o ser indiferentes a ellos: “A palabras necias, oídos sordos”.

1 Caridad

La caridad es imprescindible en estos casos. Se debe mantener siempre la calma y caridad para evitar responder desde el impulso que puede generar discordia.  

2 Respeto

El respeto es la clave ante toda diferencia. Posibilita un dialogo abierto y constructivo que genera un sano intercambio de ideas.

3 Ejemplo

Antes que las palabras, siempre prevalece el ejemplo. Los cristianos estamos llamados a testimoniar siempre desde nuestras acciones.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí