¿Cómo celebramos la Navidad, con tradiciones o supersticiones?

Estas prácticas de la época, cobran su sentido cuando nos llevan a contemplar al niño en el pesebre

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Existen muchas tradiciones y costumbres de la Navidad que nos trasladan a un ambiente diferente, en donde se viven muchos valores y es propicio para que, reconozcamos que algo está sucediendo, que este es un tiempo especial. Estas actividades cobran un sentido más pleno cuando nos lleven a la meditación del misterio que se celebra, el Nacimiento del Salvador del mundo, porque si no, tienen el riesgo de quedarse en meras supersticiones o acciones buenas.

Oportunidad

La hermana María Elena Díaz, religiosa de Marilam, considera que estas actividades, que tienen que ser purificadas, no deben de ser condenadas, sino que, más bien, se podrían utilizar como una oportunidad de evangelización. “Es importante el compartir, es importante la alegría, pero no debemos quedarnos solamente en eso, porque muchas veces, quienes hacen estos ritos, no van a la Iglesia, no son personas comprometidas con la Iglesia, es más una tradición por que la familia lo ha hecho, porque quieren alegrarse, por una serie de cosas muy exteriores”, explicó. Asimismo, invitó a todos los fieles laicos comprometidos a que, utilicemos estas tradiciones. “Todas estas cosas tienen que acercarnos al Señor Jesús, para acoger en el corazón, la Palabra del mismo Señor que quiere que hagamos vida esa Palabra en nosotros y precisamente Él vino para salvarnos a todos, porque nos ama a todos sin importar el lugar en donde estemos”, puntualizó.

Tradiciones

Existen muchas actividades que se propician en estos días. Están aquellas que sí nos acercan a Dios de manera directa como el árbol con el nacimiento, los villancicos, las posadas, mientras que otras se alejan un poco más, como la comida, los dulces, las guirnaldas, la música, los bailes, Etc. Sin querer “satanizar” estas acciones, es providencial la regla del tanto y cuanto de San Ignacio. Tanto y cuanto esto me acerca a Dios, lo tomo y tanto y cuanto me aleja, lo dejo. Es por ello, que siempre debemos recordar que la Navidad nos invita a contemplar el misterio del amor de Dios, a dejarse inundar de su Luz; a permitir que su presencia llene nuestro corazón. La Navidad es una hermosa ocasión para disfrutar de la vida como don, como regalo.

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