Cerca de un millón de niños y niñas realizan trabajo infantil

Dentro de este grupo se encuentran aquellos que son “alquilados” a otras familias por 500 lempiras como si fueran una mercancía

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Antes de la pandemia del covid, en Honduras existían más de 400 mil menores que trabajaban, según datos proporcionados por Casa Alianza, pero a dos años de esta situación sanitaria, se calcula que hay casi un millón de infantes en situación de trabajo infantil, siendo muchas veces utilizados por sus propias familias para agenciarse recursos financieros, ya que la pobreza se destaca como el principal factor por el cual se les obliga a laborar.

Ricardo Coello, director de programas de esta institución, aduce que el desempleo, la pobreza y la falta de oportunidades, golpean a las familias hondureñas en este tiempo de post pandemia. “No podemos culpar directamente a las familias, porque en la situación de trabajo de niños y niñas, realmente hay una responsabilidad compartida, en este caso con aquellos tomadores de decisiones que deberían de dar respuesta a estas necesidades que se tienen en el hogar”. Para el director de programas de Casa Alianza, el mandar a trabajar a los niños, es un acto desesperado de los padres de familia por tener un poco de dinero.

“No podemos dejar de señalar que hay unos que se aprovechan de la mano de obra de sus hijos, que incluso sabemos que unos los alquilan por determinada cantidad de dinero al día”, aclaró. Riesgo En las calles de nuestro país es bastante notorio el aumento de la mendicidad en familia y la presencia de un alto número de niños y niñas en el sector de la economía informal. Esto según Jorge Valladares, director del proyecto “Futuros brillantes” de World Vision Honduras, se debe al cierre de algunas escuelas, ya que durante dos años el sistema educativo estuvo de forma virtual, lo que hace que se dé un ambiente más propicio para ver infantes en las calles y no en las aulas. Otro dato interesante, a criterio de este experto, es que se estimaba que en Honduras antes y después de la pandemia, 135 mil mujeres trabajaban en servicio doméstico y de ellas 12 mil eran niñas.

También existen las peores formas del trabajo infantil como aquellos que laboran en coheterías, minería artesanal o embolsado de los hornos de cal. Esto les produce lesiones oculares y respiratorias graves. Lo más lamentable es que son muchos los menores que sufren de explotación sexual, comercial, pornografía infantil y trata. Sin olvidar a aquellos niños que viajan solos por la ruta migratoria.

Desde la Dirección Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (DINAF), se hace un trabajo para identificar estas anomalías y prevenir este tipo de explotación. Dulce María Villanueva Sánchez, directora ejecutiva de esta institución, expresa que “Estamos empapándonos para poder lograr la prevención y acciones estratégicas, como campañas, jornadas de formación y todas aquellas que generen impacto y que sensibilicen acerca del tema del trabajo infantil”. Villanueva opina que, para erradicar este problema, las municipalidades deben de sumarse a estas iniciativas. “A un niño no le debe de importar trabajar, a un niño lo que le debe de importar es, jugar estudiar y ser feliz”.

Alquilados

Hay que diferenciar entre los niños en situación de calle y aquellos niños de trabajo infantil. También se puede dar el caso que los niños estén acompañando a sus padres en sus ventas comerciales, pero si este infante va a la escuela no hay ningún problema. Por otra parte, existe un fenómeno que lamentablemente se da en el país y es que muchos niños no son explotados por sus propias familias, sino que, son alquilados por valores que van desde los 500 lempiras diarios, según datos proporcionados por el Ministerio Público, agregó Villanueva.

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