En este cuarto domingo de Pascua, celebramos el domingo del Buen Pastor. La Iglesia reconoce a Jesús resucitado bajo esta figura, que con su entrega por nuestros pecados, adquirió un rebaño que estaba débil sometido en el pecado y en la miseria. Este pastor escucha a sus ovejas y sus ellas le escuchan también a Él. Su voz es como música para los oídos de sus ovejas.
Este domingo, tiene recientemente, desde tiempos del Papa Pablo VI, el matiz propio de ser jornada de oración por las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. El Buen Pastor, es quien camina frente a sus ovejas, es el que se encarga de velar por los derechos de quienes está su cargo, por lo que ser un Buen Pastor con olor a oveja, implica trabajo y entrega, catedra que solo la ha podido dar el hijo de Dios quien entrego su vida en la cruz.
Este fin de semana también celebramos la 59ª Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. Es una forma de recordar que la Iglesia, el Cuerpo de Cristo o el rebaño del Buen Pastor, siguen teniendo una gran necesidad de muchas vocaciones santas.
