En la homilía para este IV Domingo de Pascua, monseñor Teodoro Gómez, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Tegucigalpa, hizo énfasis, del mensaje del Cardenal Óscar Andrés Rodríguez, donde el Evangelio de hoy nos presenta a Jesús como el Buen Pastor que reclama que escuchemos su voz y que le sigamos. “Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen” dijo.
Jesús nos invita hoy a reconocer su voz entre tantas “otras voces” que nos llegan y que nos bombardean a diario informándonos y llenándonos de palabras vacías, Necesitamos “escuchar su voz”. recalcó el obispo.
Asimismo, detalló, que hoy necesitamos “escuchar su voz”, la voz de Jesús y distinguirla de las “otras voces” que gritan fuerte en nosotros y hacen demasiado ruido: Son las voces de nuestros sentimientos negativos, de nuestras necesidades frustradas, de nuestras ambiciones de poder, la voz de la cultura dominante que nos aliena y nos manipula.
Amor
Además, agregó que Jesús nos ama como únicos, su amor, su misericordia y su perdón, están siempre presentes en nuestra vida, incluso aunque no seamos conscientes de que somos amados.
“El que ama a alguien se empeña en afirmar lo valioso que es esa persona para Él. La persona que se siente amada comienza a valorarse a sí misma. Podemos decir que el amar, es estar empeñado en que el otro exista”, detalló.
Monseñor Teodoro, igual se refirió a que seguir a Jesús es hacerse cargo de la realidad de nuestro mundo; asumir también la responsabilidad de florecer también un mundo más justo y solidario, aportando nuestra parte.
Al igual el obispo, nos invitó a que hoy podamos renovar nuestra confianza en Él como nuestro único Pastor, diciéndole las palabras de la liturgia del Salmo 23 : “Tú, Señor, eres mi Pastor, nada me falta, aunque pase por valles de tinieblas no tengo miedo, porque Tú vas conmigo, tu vara y tu bastón me defienden…”
Al termino del mensaje, monseñor hizo énfasis de las palabras de Su Santidad Francisco, para esta Jornada de las Vocaciones, donde detalló que el caminar juntos es un vocación para la Iglesia y solo en este horizonte es posible valorar los carismas y ministerios, la Iglesia sirve para evangelizar, donde cada miembro del pueblo de Dios, se ha convertido en un agente misionero, cuando acogemos la mirada de Cristo, todo cambia, todo se vuelve un dialogo con el Señor, enfatizó.
