En la homilía de este domingo el Su Eminencia Óscar Andrés Rodríguez, Administrador Apostólico de la arquidiócesis de Tegucigalpa recordó como en la en la Pasión, Jesús fue abofeteado en la mejilla, y no puso la otra, sino que preguntó el por qué al que lo golpeó, intentó ponerlo ante su verdad y responsabilidad, “Con esto el Señor nos quiere decir, no recurran a la violencia, y esa virtud de no violencia explica con ejemplos gráficos, al devolver mal por mal entramos en un círculo vicioso de violencia y de destrucción que no se detiene”.
Además, agregó, que “la alternativa que el Señor Jesús propone es la de la superación de ver a los demás como enemigos, amen a sus enemigos, oren por los que los persiguen y así ustedes serán hijos del Padre que está en los cielos, eso es un distintivo de todos los discípulos de Jesús, el amor universal, que no hace referencias”.
El Cardenal Rodríguez dijo que amar al enemigo no quiere decir introducirlo en el círculo íntimo de nuestras amistades, pero sí aceptarlo como personas, “amar al enemigo no significa tampoco tolerar las injusticias y retirarse de la lucha contra el mal, de ninguna manera, amar al enemigo significa aceptarlo, respétalo y mirarlo con misericordia”
Sean misericordiosos como el Padre Celestial es misericordioso
“En una sociedad casa vez más violenta como la nuestra, una sociedad más competitiva a gran escala y a pequeña escala, ante la violencia del terrorismo, de las guerras, de las leyes injustas, ante la violencia de cada día que se sufre en las casas, en las familias, en los trabajos, en el Evangelio nos propone Jesús una alternativa, desramar el corazón, nos propone la paz interior, el amor, el perdón El Evangelio de hoy es una invitación de liberarnos de la trampa de la violencia, de la competitividad del rencor que desgata y mata poco a poco nuestras energías de vida”.
El Administrador Apostólico de la arquidiócesis de Tegucigalpa recalcó que todo el mensaje del Evangelio de este domingo es un retrato del corazón de Cristo al cual nosotros tramos de seguir cada día.
“Olvidar no quiere decir no perdonas, el olvido muchas veces es algo psicológico. El perdón no es solo iniciativa nuestra, tenemos que entender que el perdón es un don de Dios, es un don del Espíritu Santo, y si nos cuesta perdonar, pidamos al Espíritu Santo que perdone en nosotros”.
Y añadió “si una persona no está reconciliada consigo misma, si una persona no quiere dejar el pasado que ya pasó, nunca podrá ser feliz y nunca podrá amar, porque el odio es todo lo contrario al amor”.
Enfocado en la realidad nacional, el Cardenal Rodríguez también señaló que nuestra sociedad necesita la conversión, “no podemos decir que vivimos en un país cristiano, porque la Ley de Dios, la Ley de Cristo es ignorada totalmente, ignorada por aquellos que se les olvidó que hay un quinto mandamiento de la Ley de Dios que dice No Matar, y en Honduras se mata y se sigue matando, y eso quiere decir que no hemos aceptado la Ley de Cristo. Y concluyó diciendo que no nos cansemos de hacer el bien.
