Sergio Rodríguez representante en la ONU, indicó que el gobierno de Brasil lucha contra la discriminación de mujeres y niñas, y destacó “la importancia dada al papel fundamental de la familia en el texto final”.
Brasil se abstuvo de votar una resolución del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas sobre la discriminación contra las mujeres y niñas, que contiene expresiones como “derechos y salud sexual y reproductiva”, y en el que se promueve la ideología de género, el aborto y la anticoncepción.
La resolución, votada el 17 de julio y propuesta por México, afirma tener como finalidad eliminar el prejuicio contra las mujeres y adoptar medidas contra los abusos que las mujeres sufren en varios países durante la actual pandemia del coronavirus.
Entre sus puntos, el documento alienta la promoción de la educación sexual universal, el acceso a los llamados “derechos reproductivos”, a la información sobre “salud sexual y reproductiva”, y el derecho a una autonomía del cuerpo.
Antes de la votación, en la fase de negociaciones, algunos países como Brasil trabajaron una propuesta para realizar algunos cambios en el documento con relación a estos temas que podrían llevar a una mayor apertura al aborto y la ideología de género.
El día de la votación, al ser analizadas las enmiendas, la representación de Brasil ante la ONU no votó a favor de la resolución sino que se abstuvo en todos los casos.
Pese a la posición adoptada por el país durante la votación, el especialista en bioética y coordinador del Movimiento Legislación y Vida, profesor Hermes Rodríguez Nery, explicó que la abstención no fue algo contradictorio en relación a la postura próvida del gobierno brasileño que también se manifiesta contra la ideología de género.
“La abstención es una forma de posicionamiento, de resistencia, de afirmación y de contrapunto, lo que es importante, en vista de que somos un país de dimensiones continentales. Tengo esperanza de que Brasil es un país de vanguardia en la defensa de la vida”, explicó el especialista.
A su turno, el representante permanente de Brasil ante la ONU, Sergio Rodríguez, explicó en sus consideraciones finales el día de la votación que “en ninguna circunstancia el texto debe ser interpretado como promoción y apoyo al aborto como método de planificación familiar”.