Benedicto XVI a un año de su sensible pérdida

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Al cumplirse un año de la Pascua Eterna del Papa Benedicto XVI, conocemos el testimonio de Monseñor Georg Ganswein, quien estuvo al cuidado del Pontífice en sus últimos años de vida.

“Normalmente, rezábamos las alabanzas delante de su cama: también aquella mañana le dije al Santo Padre: ‘Hagamos como ayer: yo rezo en voz alta y usted se une espiritualmente’. De hecho, ya no le era posible rezar en voz alta, estaba realmente cansado. Allí sólo abrió un poco los ojos y asintió con la cabeza. Así que empecé. Hacia las 8 empezó a respirar cada vez con más dificultad. Había allí un médico y un reanimador- y me dijeron: ‘Tememos que ha llegado el momento que tenga que soportar su última lucha en la tierra. Llamé a las Memores, les dije que vinieran porque estaba agonizando. En ese momento estaba lúcido. Yo había preparado de antemano las oraciones de acompañamiento para el moribundo, y rezamos durante unos 15 minutos, todos juntos, mientras Benedicto XVI respiraba cada vez con más dificultad, cada vez veía que no podía respirar bien. Entonces miré a uno de los médicos y le pregunté: “Pero, ¿está agonizando?”. Me dijo: ‘Sí, ha empezado, pero no sabemos cuánto durará. Estábamos allí, cada uno ha rezado en silencio, y a las 9.34 horas exhaló su último suspiro. Luego continuamos las oraciones ya no por los moribundos sino por los muertos. Y concluimos cantando “Alma Redemptoris Mater”. Murió en la octava de Navidad, su tiempo litúrgico favorito. Les dije a todos: ‘Llamaré inmediatamente al Papa Francisco, él es el primero en saberlo’. Le llamé y me dijo: “¡Voy inmediatamente!”. Luego vino, le acompañé al dormitorio donde murió y les dije a todos: ‘Quédense’. El Papa saludó, le ofrecí una silla, se sentó junto a la cama y rezó. Dio la bendición y se despidió. Esto ocurrió el 31 de diciembre de 2022″ Mons. Georg Ganswein

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