El el año 2022 el Papa Francisco declaró mártires de la fe a la familia Ulma, fervientes católicos, incluido el bebé del que estaba embarazada Wiktoria Ulma. Eso allanó el camino para la misa de beatificación en la localidad natal de la familia, Markowa, en el sureste de Polonia.
Y en una iniciativa sin precedentes, el Vaticano beatificó este domingo a la familia polaca de nueve miembros, un matrimonio y sus hijos pequeños, que fueron ejecutados por los nazis durante la II Guerra Mundial por acoger a personas judías.
“Que esta familia polaca, que representó un rayo de luz en la oscuridad de la Segunda Guerra Mundial, sea para todos nosotros un modelo a imitar en el impulso de la bondad, en el servicio a los necesitados”, afirmó el Santo padre desde Roma este domingo.
Los Ulma murieron en la madrugada del 24 de marzo de 1944 junto con los ocho judíos que se ocultaban en la casa. El Instituto Yad Vashem de Israel reconoció en 1995 a los Ulma como personas que dieron su vida tratando de salvar a judíos durante el Holocausto.
Tras la beatificación, haría falta que se atribuya un milagro a la intercesión de los Ulma para que sean canonizados, proceso en el que la Iglesia designa santos.