Hace varios años el cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, Quinto Arzobispo de Tegucigalpa, empezó a soñar, que todo sacerdote debía tener un lugar donde poder descansar antes de partir a la casa del Padre y hoy ese sueño es una realidad.
Esa ilusión cae como regalo de San Juan María Vianney, que es el patrono de los sacerdotes ya que en el día que celebró a este santo, se abrieron las puertas a los presbíteros para que conocieran esta morada que será su lugar descanso, ya una vez que se retiren de las parroquias.
El padre Carlo Magno Núñez, Vicario de la Arquidiócesis, expresa que este hogar es un deseo que el señor Cardenal tenía hace mucho tiempo, de poder darles ese espacio digno a los presbíteros.
Este lugar se encuentra en los predios del Campus San José, de la Universidad Católica de Honduras, en el barrio Casamata, un sitio donde se puede observar parte de la capital de Honduras, ya que está instalado la edificación en una zona donde los sacerdotes pueden reposar y sentarse cómodamente para observar ese paisaje.
La casa consta de siete pisos, cuenta con su elevador para que le sea más fácil el poder trasladarse a los clérigos a cada área, al igual hay gradas por si les gusta hacer más ejercicio, así mismo está el acceso para usuarios de sillas de ruedas, y son un total de 28 habitaciones contará la Casa Sacerdotal, cada una con su espacio adecuado para cada presbítero.