“Alimentémonos del torrente de agua viva, para dar frutos y ser medicina para los demás”

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En la Homilía de hoy sábado 28 de noviembre en la Basílica Nuestra Señora de Suyapa, el padre Rodolfo Varela, hizo énfasis del santo Evangelio según San Lucas 21, 34-36.  El presbítero detalló que hoy nuevamente Juan, hace referencia aquel pasaje del profeta Ezequiel, sobre la visión del río que brota del trono del templo, solo que esta vez es del trono de Jerusalén.

“Tanto con Ezequiel y hoy con Juan, en el apocalipsis, se no están invitando a beber del torrente de agua viva y ¿quién es ese torrente de agua viva?, si no es el mismo Jesús, que le ofreció agua viva a las samaritanas” expresó el presbítero

Al igual el padre Varela, agregó, que cuando nosotros nos acercamos, al torrente de agua viva que es Jesús, en nosotros surge también la vida, como los árboles, y es que estos árboles dan frutos, doce veces al año, es decir una vez al mes, es decir siempre, el árbol siempre está dando frutos.

Así mismo pronunció, que nosotros estamos llamados a siempre dar frutos, “no es que hoy dí frutos y me voy a tomar un descanso y voy a volver a dar frutos el próximo año, el Señor nos invita a dar frutos siempre, a descansar allá, aquí, a desgastarnos por el Reino de los cielos,”

Además dijo, que si nosotros bebemos del torrente de agua viva, va brotar la vida en nosotros y vamos a dar frutos, pero si nosotros no bebemos del torrente de agua viva, y bebemos de otros torrentes, no va surgir la vida, no va brotar dentro de nosotros y no se va notar que somos cristianos, porque el Señor también dice “por sus frutos nos conocerán.”

Y volvió a recalcar, el sacerdote, “para que nosotros demos frutos, debemos beber constantemente del torrente de agua viva los 12 meses del año,  y además va brotar de nosotros medicina, porque también habrán palabras que servirán de salud para los demás.  Pero necesitamos beber de la fuente de agua viva, para que los frutos y las palabras medicinales que broten de nosotros,  no es por mérito propio, no es por nuestra propia fuerza, es por el agua viva que tomamos de Jesús, es porque nos alimentamos del torrente de agua viva”

Al término del mensaje el padre Rodolfo, nos invitó a que le pidamos al Señor poder alimentarnos los 12 meses del año, para poder dar frutos siempre, incluso ser medicina del alma, para los demás.

 

 

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