El dengue es una enfermedad viral que debilita el sistema inmunológico, afectando la producción de plaquetas a medida que avanza. Es crucial mantener los espacios de la casa libres de criaderos de zancudos para prevenir la propagación del virus.
Tanto niños como adultos mayores son vulnerables al dengue, por lo que es vital tomar medidas preventivas. Uno de los principales métodos para evitar el contagio es mantener una alimentación balanceada que fortalezca el sistema inmunológico. Incorporar vegetales y frutas ricos en vitaminas, minerales y antioxidantes es esencial para reforzar nuestras defensas naturales. Una dieta balanceada, rica en vegetales y frutas, no solo ayuda a prevenir el dengue, sino que también puede hacer que la enfermedad sea menos grave si llegamos a contraerla. Es fundamental enseñar a los niños a consumir al menos tres vegetales y dos frutas al día, preparándolos de forma que mantengan sus nutrientes, como al vapor o rallados. Además, combinar proteínas con carbohidratos de manera equilibrada es crucial para mantener un sistema inmunológico fuerte. Los alimentos naturales son la principal fuente de nutrientes que ayudan a mantenernos saludables.
Cuando una persona ya está contagiada de dengue, la hidratación es clave para su recuperación. Es importante consumir sueros orales con electrolitos cada hora para evitar la deshidratación y mantener los niveles de plaquetas. Estos sueros, disponibles en centros de salud, se preparan diluyendo un sobre en un litro de agua y se deben ingerir en pequeñas cantidades cada 10 a 15 minutos. El agua de coco natural es altamente recomendable debido a su pureza y alto contenido en electrolitos. Mantener al paciente bien hidratado es crucial para mejorar su estado general y reflejar una mejoría en los hemogramas.
Se recomienda una dieta blanda que incluya caldos, purés y preparaciones suaves. Las proteínas combinadas con vegetales, como el huevo con tomate y cebolla, son nutritivas y fáciles de consumir. Es importante evitar grasas saturadas y aceites pesados que pueden provocar malestar y diarrea. Optar por aceites ligeros y saludables como el de oliva o girasol en pequeñas cantidades es lo ideal. En casos de dengue hemorrágico, el monitoreo médico debe ser constante, con hemogramas cada 24 horas, mientras que el dengue clásico puede manejarse en casa con revisiones cada 48 horas y una dieta adecuada.
Para más información acerca de cómo alimentar un paciente con dengue, vea el video completo de la entrevista realizada a la doctora Karen Hernández, quien visitó la sección de ‘’El Dispensario’’ en la revista matutina ‘’Alegre la Mañana que nos Habla de Dios’’.