Conocido coloquialmente como el “Papa de la sonrisa”, Albino Luciani, quien al ser nombrado pontífice pasaría a llamarse Juan Pablo I, será beatificado este domingo 4 de septiembre en la Basílica de San Pedro en Roma, siendo presidida la ceremonia por el Papa Francisco.
Descrito como un “pastor cercano a su pueblo”, Juan Pablo I nació el 17 de octubre de 1912 en Forno de Canale (actualmente Canale d´Agordo) en la provincia de Belluno en Italia. Su ordenación sacerdotal se dio en 1935 y fue nombrado obispo de Vittorio Veneto en 1958, patriarca de Venecia en 1969 y luego cardenal en 1973.
Después del fallecimiento de San Pablo VI, fue nombrado Papa el 26 de agosto de 1978, a los 65 años. Durante su corto pontificado de 33 dias, destacaron las catequesis que daba cada miércoles citando poemas de memoria y compartiendo anécdotas con los asistentes, asi como cuando compartía frases que cobran mucho significado hoy día como “Entre los pecados que claman venganza ante Dios está el oprimir a los pobres y defraudar a los trabajadores de su justo salario.”
En la noche del 28 de septiembre de 1978 fallece repentinamente, siendo encontrado sin vida por la monja que le asistía cada mañana.
El milagro que se le atribuye por su intercesión es el de la curación de una niña de once años en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, el 23 de julio de 2011. Al padecer de una encefalopatía grave, la niña no presentaba muchas posibilidades de supervivencia. Al conocer su caso, el párroco de la parroquia, quien era muy devoto a Juan Pablo I, le invocó para que intercediese por ella. Al poco tiempo, la niña fue recuperándose lentamente hasta hacer una recuperación completa y sin secuelas. Tras ser conocido este hecho y haberse hecho un estudio minucioso por la Congregación para la Causa de los Santos, su beatificación finalmente es autorizada.
Este domingo la Iglesia Católica celebra a un nuevo beato, a “el Papa sonriente”: el Papa Juan Pablo I.