Jóvenes de la Renovación Carismática en Juticalpa reviven el fuego del Espíritu Santo

Por Francisco Sosa: La juventud es el mar que se mantiene en constante movimiento y con sus anhelos despiertan expectativas de que si habrá un futuro prometedor para el país.

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El ministerio de jóvenes de la Renovación Carismática Católica (RCC) “Comunidad, María Inmaculada” de la Catedral de Juticalpa, se reunieron en un retiro por primera vez dentro de la pandemia. Estos 30 jóvenes se dieron cita para recibir la unción de espiritualidad.

Los temas fueron impartidos por Sor Glenda y Fray Víctor Triminio de la  Orden Franciscana Menor.

Todo comenzó pero, en la plaza central de la ciudad, donde previo al retiro, se realizó una actividad de animación y oración por parte de los mismos participantes. El auditorio de La Universidad Católica, Campus Santa Clara, fue el lugar donde se sintió el ardor del Paráclito en cada uno de los participantes, pero siempre respetando las medidas de bioseguridad. 

Durante la experiencia, se impartieron temas como “El tiempo de los milagros no ha terminado”, en donde se hizo hincapié que ellos son el verdadero milagro y que deben de mantener viva su fe y al de sus familias.

Los jóvenes pudieron compartir momentos de conversación y demostraron su felicidad después de más de un año de solo reunirse de forma virtual.

Este encuentro presencial con el Espíritu Santo hace a un lado lo que es la virtualidad, porque los mismos jóvenes reconocieron que necesitan el apego constante con sus hermanos de comunidad, cosa que no se logra a través de la tecnología.

Sor Glenda y Fray Víctor Triminio de la  Orden Franciscana Menor, mantuvieron un contacto muy cercano con los participantes. “Es una alegría saber que la juventud sigue amando al Dios Padre amado” dijo Fray Víctor y agregó que “ver jóvenes que deciden seguirle es de lo mejor, porque son el ahora de la Iglesia”.

Darién Lobo, un joven perteneciente a la juventud de la Catedral Inmaculada Concepción de esta diócesis, expresó “Que gozo es el volver a encontrarnos desde que la pandemia comenzó. Vemos que el fuego del Espíritu Santo sigue vivo y hoy lo seguimos creyendo y viviendo” y concluyó diciendo que “que es necesario que como jóvenes nos desvivamos por Cristo, es lo mejor que podemos hacer”. 

Al final de esta experiencia la invitación quedó abierta a que se pueda seguir invitando a más muchachos y muchachas a dejarse amar por Cristo, a no dejarlo y seguirle fielmente, porque el no falla y los exhorta a ser Evangelio vivo de su amor en este mundo.

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