La queja es constante y permanente por parte de la población que recrimina los grandes actos de corrupción que por décadas ha sufrido el país. Ante esto, ¿Qué hacen las familias para que las futuras generaciones combatan este flagelo y no repitan estos malos caminos? Ciertamente las universidades y centros de estudio enseñan sobre ética y moral, pero la familia es y será siempre la primera escuela de los hijos.
Por ello, la doctora Lourdes Fortín de Alvarenga, directora del Instituto de Ciencia para la Familia, opina que “Los padres tienen el deber de formar hombres y mujeres de bien, transmitiéndoles valores tales como: honestidad, integridad, verdad, justicia, respeto y otros. Enseñarles que es valioso practicarlos y así blindarlos para no caer en actos corruptos”. Al educar en base al ejemplo, Fortín recomienda a los progenitores evitar actitudes como: llevar una ncoherencia de vida al decirles a los hijos que no se debe hacer y hacerlo ellos, ser demasiado permisivos, no mostrar interés en lo que hacen o con quién se relacionan, no ejercer autoridad evitando reprender por querer ser “mejores amigos”.
Para enseñar a discernir entre lo bueno y lo malo, el Padre Javier Martínez, especialista en Teología Moral, afirma que “Los padres son responsables de ir formando la conciencia de los niños en el bien, para que, en los momentos cruciales de la vida y les toquen decisiones complejas, opten siempre por lo correcto”.
El sacerdote agregó que “se debe adiestrar a que esta misma decisión sea permanente como lo recuerda San Pablo en la Carta a los Gálatas: ‘no te canses de hacer el bien’, no es una tarea fácil, sobre todo en medio de un relativismo social donde todo da igual y todo es posible, sin embargo, una conciencia bien formada permite que frente a estas corrientes toda persona reaccione haciendo el bien, lo justo y lo correcto ante los ojos de Dios”.
El analista nacional Efraín Díaz Arrivillaga, es de la convicción de que los hechos son más elocuentes que las palabras, por tanto, la mejor educación que los padres pueden dar a sus hijos es su ejemplo, “Desde los actos más sencillos hasta los más difíciles, dando importancia y apego a los valores fundamentales”. Arrivillaga insiste en inculcar el aprecio por el valor de la honestidad. “Uno de los grandes problemas que hay en nuestra sociedad hondureña es que no se valora, parece no ser una virtud sino más bien un problema y creo que hay que empezar a enseñar que vale la pena ser honesto” concluyó.
El hogar: una escuela contra la corrupción
Por: Asdrúbal Henríquez, Psicólogo
La misión de ser padres es una tarea impostergable. Napoleón Bonaparte decía que “La educación de un niño comenzaba 20 años antes, con la educación de sus padres” y si se deja de hacer, un proyecto de país jamás podría llevarse a cabo.
Para formar hijos correctos, los padres deben ser líderes en su rama. Si dan un mensaje a su linaje de algo que no están llevando a cabo en su vida, ellos ven a un mentiroso y eso un mal comienzo. Para enseñar a no ser corruptos y combatir la corrupción, se debe tener por regla de familia el respeto a los valores. Como la regla que aplican las empresas con normas de Calidad Total, ellos dicen “lo que se hace se escribe, y lo que se ha escrito, eso se debe hacer”, si se tienen valores, hay que cumplirlos, y si se cumplen, premiarlos. Se les debe enseñar a ser valientes para tener la capacidad de decir lo que es correcto, demostrar como afectó su mal proceder y sus consecuencias.
Combatir la corrupción es a dos vías, de quienes se benefician de las ganancias y los que buscan la “ley del menor esfuerzo” para alcanzar metas, la lucha es contra todo este mal que arruina la vida de las personas. Hagamos nuestras las palabras de Salvador Moncada: “todo requiere de un 5% de inspiración y un 95 por ciento de transpiración”, es decir que necesitamos de un poco de ideas y de mucho trabajo para tener éxito; sea que se elabore una tortilla o que se mande una nave a Marte, sea que comience una carrera universitaria o quiera ser el presidente de la República, que todo sea por la vía correcta y legal.
