Luego de presidir la Santa Misa en el Domingo de la Divina Misericordia en el Santuario Romano del Santo Spiritu in Sassa, el Papa Francisco rezó la oración del Reina del Cielo, donde recordó y resaltó a quienes dejan ver el rostro misericordioso de Dios, atendiendo necesitados, siendo discapacitados, personal de enfermería u otra forma donde la misericordia divina está latente.
Dijo textualmente:
”Dirijo un saludo especial a los que estáis presentes aquí en la iglesia del Santo Spirito in Sassia, Santuario de la Divina Misericordia: a los fieles habituales, al personal de enfermería, a los reclusos, a las personas con discapacidad, a los refugiados y emigrantes, a las Hermanas Hospitalarias de la Divina Misericordia y a los voluntarios de la Protección Civil.
Vosotros representáis algunas de las situaciones en las que la misericordia se hace concreta, se vuelve cercanía, servicio, atención a las personas en dificultad. Ojalá os sintáis siempre misericordiados para ser a vuestra vez misericordiosos.
!Qué la Virgen María, Madre de la Misericordia, nos conceda a todos esta gracia!”
