A lo largo de muchos años, los obispos de Latinoamérica y el Caribe han reflexionado en cuanto al Primer Anuncio de la Buena Nueva de Jesucristo en nuestras tierras. Nos vamos a centrar en el Documento Conclusivo de la V Conferencia General de este episcopado, celebrado en Aparecida, Brasil, del 13 al 31 de mayo de 2007, que nos expresa:
“Se ha de descubrir el sentido más hondo de la búsqueda, y se ha de propiciar el encuentro con Cristo que da origen a la iniciación cristiana. Este encuentro debe renovarse constantemente por el testimonio personal, el anuncio del kerygma y la acción misionera de la comunidad. El kerygma no solo es una etapa, sino el hilo conductor de un proceso que culmina en la madurez del discípulo de Jesucristo. Sin el kerygma, los demás aspectos de este proceso están condenados a la esterilidad, sin corazones verdaderamente convertidos al Señor. Solo desde el kerygma se da la posibilidad de una iniciación cristiana verdadera. Por eso la Iglesia ha de tenerlo presente en todas las acciones.” (Documento de Aparecida n°278a)
“La iniciación cristiana, que incluye el kerygma, es la manera práctica de poner en contacto con Jesucristo e iniciar en el discipulado. Nos da también la oportunidad de fortalecer la unidad de los tres sacramentos de la iniciación y profundizar en su rico sentido.” (Documento Aparecida n°288)
“Sentimos la urgencia de desarrollar en nuestras comunidades un proceso de iniciación en la vida cristiana que comience por el kerygma y, guiado por la Palabra de Dios, que conduzca un encuentro personal cada vez mayor con Jesucristo, perfecto Dios y perfecto hombre experimentado como plenitud de la humanidad, y que lleve a la conversión, al seguimiento en una comunidad eclesial y a una maduración de fe en la práctica de los sacramentos, el servicio y la misión.” (Documento Aparecida n°289)
“El anuncio del Kerygma invita a tomar conciencia de ese amor vivificador de Dios que se nos ofrece en Cristo muerto y resucitado. Esto es lo primero que necesitamos anunciar y también escuchar, porque la gracia tiene un primado absoluto en la vida cristiana y en toda la actividad evangelizadora de la Iglesia: “Por la gracia de Dios soy lo que soy” (1 Corintios 15, 10)” (Documento Aparecida n°348)
En por eso, que el Kerigma es el eje longitudinal que articula un programa de maduración en la fe del discípulo; desde su inicio hasta su fin. También es importante saber que la posibilidad de frutos de conversión y una vida cristiana verdadera inicia del Primer Anuncio que propicio el encuentro personal con Jesucristo y su continua relación.
¡Que el Espíritu Santo nos impulse a formar comunidades con cimientos kerigmáticos!