Junio, mes dedicado a la juventud, es un tiempo propicio para reflexionar sobre el papel de los jóvenes en la Iglesia y en sus comunidades. En un mundo donde las grandes hazañas y los logros inmediatos suelen captar la atención, el verdadero desafío para la juventud católica radica en un principio sencillo, pero profundo: ser fieles en lo poco.
Fidelidad
Ser fiel en lo poco implica reconocer que cada gesto, por pequeño que parezca, tiene un valor inmenso cuando se realiza con amor y dedicación. Osiris Osorto, miembro activo de la Pastoral Juvenil, comparte su experiencia al decir “A veces pensamos que para servir a Dios hay que hacer cosas grandes, como organizar eventos masivos o liderar proyectos enormes. Pero he aprendido que estar presente en mi parroquia, ayudar a limpiar el templo o acompañar a los niños en la catequesis, es una forma poderosa de ser fiel”.
Servicio
Andrés Barahona, asesor juvenil, destaca la importancia de este enfoque: “Los jóvenes muchas veces subestiman el impacto de sus acciones. Por ejemplo, cuando un joven dedica tiempo a escuchar a otro que está pasando por un momento difícil, está siendo un reflejo del amor de Dios. No se trata de hacer cosas extraordinarias, sino de hacer con amor las cosas ordinarias. Ese es el reto: ser fieles en lo cotidiano, en lo que parece insignificante, porque ahí está la presencia de Dios.”
El Padre Alberto Enamorado, asesor de la Pastoral Juvenil de la Arquidiócesis de Tegucigalpa, lanzó un reto a la juventud de Honduras diciendo “Invito a los jóvenes a imitarlo cada vez más a Cristo, a buscar en sus parroquias un lugar donde puedan ofrecer sus dones, porque ahí encontrarán su propósito y su alegría”.
UN MES PARA COMPROMETERSE
El mes de la juventud, que se celebra en junio, es una oportunidad para que los jóvenes renueven su compromiso con la Iglesia y sus comunidades. La Pastoral Juvenil a nivel nacional, organiza actividades como retiros, jornadas de oración y proyectos de servicio comunitario para motivar a los jóvenes a involucrarse activamente. Estas iniciativas no solo fomentan la espiritualidad, sino que también crean lazos de amistad y solidaridad entre los participantes.
