Cada 21 de junio, la Iglesia Católica recuerda a San Luis Gonzaga, un joven que alcanzó la santidad a los 23 años. Su vida fue una entrega radical por amor a Dios y a los más necesitados, demostrando que la juventud y la fe no solo pueden caminar juntas, sino llevarnos al cielo.
Lucha
Desde su infancia, Luis vivió una intensa batalla entre las riquezas y privilegios que le ofrecía su noble origen, y el llamado profundo de Dios. En medio de una sociedad que valora el poder y el prestigio, él optó por la humildad y la cruz. Su corazón se moldeó desde pequeño en la oración. A los 7 años rezaba salmos de rodillas, y a los 10 se consagró a la Virgen María. Su Primera Comunión —de manos de San Carlos Borromeo— fue una experiencia transformadora.
Renuncia
A los 17 años renunció a todo por seguir a Cristo en la Compañía de Jesús. Sirvió con valentía durante una epidemia, y al contagiarse, ofreció su sufrimiento con la mirada en Jesús crucificado. Murió en Roma, el 21 de junio de 1591.
Inspiración
Ericka Munguía, coordinadora de pastoral juvenil en la Parroquia San Martín de Porres, considera a San Luis un faro para la juventud y que, “su amor a la Eucaristía, su devoción mariana y su pasión por conocer la vida de los santos nos invitan a entregarnos con más decisión”.
Ejemplo
Para Jazmín Bejarano, de la pastoral juvenil, la vida de San Luis revela una madurez espiritual admirable ya que, “nunca cometió un pecado mortal. Su inocencia, sabiduría y alegría eran testimonio del Espíritu Santo”.
1 Eternidad
San Luis Gonzaga no es una figura lejana, es un modelo vivo para los jóvenes. En medio del ruido y los vacíos de esta generación, su historia recuerda que hay plenitud en amar a Dios y en poner nuestros dones al servicio del prójimo.
2 Vocación
Hoy es una oportunidad para preguntarnos: ¿Qué estoy haciendo con mi juventud? ¿Estoy construyendo solo para este mundo, o también para la eternidad? Como él, también nosotros estamos llamados a la santidad. A ser luz. A ser testigos de Cristo.
3 Sentido
En un mundo que muchas veces propone caminos vacíos, San Luis Gonzaga nos recuerda que la vida solo encuentra su verdadero sentido en Dios. Él eligió el cielo antes que los honores, la caridad antes que la comodidad, y la fe antes que el miedo.