Decir que “no” también es un acto de amor para ayudar al prójimo

El poder de la palabra no puede dar paso para que las demás personas puedan crecer

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¿Cuántas veces ha dicho que no y ha sido la mejor respuesta que ha dado? Esta es la pregunta que debe resonar en la mente de un humano y analizar su respuesta después de las acciones ocurridas alrededor de una situación de vida. Muchas ocasiones esta respuesta ha sido la más positiva en la toma de decisiones que puede tener un ser humano.

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Si lo ponemos desde el punto de vista de las actividades que se realizan en las parroquias, el Padre Rigoberto Sevilla, Párroco de la comunidad San José Obrero, de la colonia El Pedregal, en Tegucigalpa, piensa que cada ser humano se mueve por los criterios que tiene en su conciencia respecto a sus valores, posibilidades, límites y tiempo con el que cuenta cada uno, por lo que esto puede conllevar que la palabra “no” puede ayudar a responder de manera oportuna a cada una de las demandas solicitadas.

“Pienso que uno como cristiano tenemos que aprender a ser responsables de nuestros actos y de nuestros hechos, entonces no siempre es bueno responder el ‘sí’, porque no vivimos para complacer a la gente sino que vivimos para cumplir con nuestra misión, deber y responsabilidad bajo los criterios que nos ha enseñado Cristo y la Iglesia Católica. Entonces decir sí suena fácil, pero hay que pensar en el compromiso que quiere decir ‘sí’”, expresó el Padre Sevilla en torno al tema, pero concluyó de la siguiente manera “desde mi óptica es parte del deber cristiano y la ética, poder aprender a decir “No” cuando verdaderamente no corresponde a lo que deberíamos hacer”.

Asimismo la miembro del Camino Neocatecumenal Danelia Aguilera, manifestó que ya sea dentro de la Iglesia o de la vida personal, darles la oportunidad a otros para el crecimiento de ellos tú ya estás haciendo algo bueno.

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