En el mes de oración por las vocaciones, la Hermana Sarahí Villeda de la Orden de las Vírgenes Consagradas que sirve en la Parroquia San Juan Bautista de Río Lindo Cortés y la Hermana Sindy Sarahí Matías García, Agustinas Hermanas del Amparo, que colabora en la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, Cofradía, Cortés dan su testimonio de vida vocacional.
Mirza Rivera: ¿Cómo nace su vocación?
Hna. Sarahí Villeda: Soy nativa de la Parroquia San Vicente de Paúl. El ejemplo de los Padres Vicentinos, Jesús Palou, José Vicente Nacher, ahora Arzobispo de Tegucigalpa y Fausto Leonardo, han dejado una huella profunda en mi vida y familia. Monseñor Luis Solé también contribuyó al crecimiento espiritual de mi papá en su camino de conversión.
M.R.: ¿Se puede encontrar la felicidad al ser religiosa?
S.V.: Claro que sí, en la medida que dejas o permitas que Él vaya contigo como compañero de este camino existencial, en medio de la realidad que nos toca vivir, tristezas, desafíos, errores, debilidades, miedos, dudas de que no sabes si podrás y dejas que vaya actuando y transformando esa realidad, Él te va plenificando como persona, esto se construye día a día. Es un punto de llegada y partida, lo emocionante es que sabes dónde está esa alegría y te ejercitas cada día por estar con Él. Desde ese ser con Él, te conoces y entiendes que tu vida se transforma para ser donada, Jesús te enseña a ser humano para humanizar la realidad que te rodea.
M.R.: ¿Cómo nace su vocación?
Sindy Sarahí Matías: Puedo decir que a raíz del choque con la realidad al visitar el comedor de ancianos que llevamos en Cofradía, yo hacía mucho voluntariado pero esa realidad me tocó fuerte, al ver a las hermanas sonreír y compartir, me dio una perspectiva diferente de lo que conocía.
M.R.: ¿Se puede encontrar la felicidad al ser religiosa?
S.S.M.: ¡Claro! Es que la felicidad no es algo que se encuentre y ya es algo que se descubre dentro.
