Reconciliados los pecados, la Pascua exhorta a hacer lo mismo en cada uno

El tiempo pascual es una invitación a transformar nuestras vidas y con la muerte y Resurrección de Jesús, estamos llamados a replicarlo a los propios ambientes

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La reconciliación, es una palabra que se escucha y lee con mayor frecuencia en el tiempo de Cuaresma. Al llegar la celebración del gozo de la Resurrección, parece contrastante traerla para profundizar en ella, pero lo que es cierto, es que reconciliar lo malo hecho a ejemplo de Jesús, quien reconcilió al mundo del pecado, es una tarea constante partiendo de la Pascua.

Compenetrarse

La Pascua es una invitación a la alegría y el gozo, pero también es para ejercer compromisos concretos y uno de ellos puede ser la reconciliación. El Padre Santos Pablo Vásquez, Párroco de la comunidad San Martín de Porres en Tegucigalpa, opina que “La reconciliación puede verse sin ningún problema como un fruto de la Pascua, pero también, requiere un compromiso férreo de querer lograrla bajo tres direcciones: la personal, comunitaria y con Dios”. El Presbítero Vásquez, es del criterio que buscar reconciliarnos es algo frecuente, que requiere un constante esfuerzo de parte de los testigos de Jesús.

Significativa

El Padre Bairon Cárcamo, Vicario de la Basílica de Suyapa, es del criterio que “Con la Resurrección de Jesús, nuestras vidas están más ligadas a Él, exhortándonos a imitarle y vencer los odios, rencores y toda actitud que necesite ser reconciliada, esto provoca un cambio grande en nuestras vidas y nos regala la libertad”. Al contemplar estos frutos de la Pascua en torno a la reconciliación, el Padre Bairon, expresa que “debemos estar en una constante reconciliación, porque es la forma en como mantenemos vivo el misterio de Jesús, es su forma de actuar en nuestro diario vivir”.

1 Con Dios

En la Pascua, es apremiante reconciliarnos con el Señor a través del Sacramento de la Penitencia, volviendo a la casa del Padre, arrepentidos de los pecados y con la enmienda de no volver a fallar, con la confianza puesta en la infinita misericordia.

2 Con uno mismo

Muchos procesos de vida no avanzan o surten sus efectos deseados porque nos aferramos a no perdonarnos, sin la capacidad de reconciliar nuestras vidas y dar vuelta a páginas que no fueron tan positivas. La reconciliación, es posible de manera personal para vivir de manera plena.

3 Con los demás

La invitación evangélica, es dejar todo para acudir a reconciliarnos con nuestros hermanos, es una premisa en el tiempo pascual, para poder vivir una transición entre los rencores y malos pensamientos, para dar apertura al amor que Jesús mostró en el madero de la cruz.

4 Con la naturaleza

Este tipo de reconciliación debe ser asumida por cada cristiano; es una forma poderosa de asumir el misterio redentor de Jesús venciendo la muerte y reconciliándonos a todos, partiendo de esto, la naturaleza nos exige volver a encontrarnos con fraternidad y compromiso.

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