No se preocupen que no voy a ocupar este espacio para opinar sobre el partido del martes pasado. Tampoco voy a opinar del arbitraje, porque voy a tener que irme a confesar. Lo que quisiera tratar y me cuestionó mucho es el tema de los sentimientos que genera un grupo de muchachos detrás de una pelota, aunque casi no la tuvieron, pero con el uniforme que representa a nuestra patria. Tenía muchísimo tiempo en que no me interesaba tanto un partido de la Selección Nacional. Lo admito.
El desencanto y la frustración de tantas ocasiones desperdiciadas y tan poco pundonor y amor por lo que representan los jugadores, me había decepcionado grandemente. Simpáticamente, como siempre ocurre, hay algunos que siempre andan buscando sacarle provecho al asunto. Ya ven que llegan al punto, hasta de creer que su éxito es producto del cambio de gobierno tanto como el cambio de la grama en el Estadio Nacional. Pero viendo más allá de las circunstancias particulares y de las manipulaciones a las que siempre estamos sometidos frente a cualquier acontecimiento de nuestra realidad, quisiera subrayar algunos puntos de lo que sí creo hay de positivo en que de nuevo nos llame la atención el equipo de todos.
Para el caso y les estoy escribiendo un par de días después de ese bendito partido he visto un montón de gente en nuestras calles portando la camiseta de la Selección. Evidentemente, muchas de esas camisetas son como en mi caso de anteriores procesos porque ni por cerca se me ha ocurrido comprar la nueva, hasta el momento. En todas partes, por donde me he movido en estos días, el tema está en boca de todos. Nos quejamos de la desvelada pero, no he escuchado a nadie directamente ofender a los jugadores o al cuerpo técnico.
Eso ya es una ganancia y es en el fondo casi un cambio de paradigma. Además, apareció un elemento aglutinador y no divisor. Llegué a leer y escuchar gente, por ejemplo, del Motagua apoyando las actuaciones del guardameta. Es también muy cierto, que alguno considerará, que en el fondo todo esto es un distractivo y, correctamente, que si tuviésemos la misma determinación para apoyar la lucha contra la corrupción que la que tenemos para apoyar este equipo, las cosas serían muy distintas en el país.
Alguno dirá, que es increíble que hasta el padre Juan Ángel esté hablando de estas cosas, pero es que yo sí creo que debemos rescatar que hay un legítimo patriotismo que debe estar más allá de una camiseta o de una pelota de fútbol. Creo firmemente que hay cosas infinitamente más importantes, pero que mientras no superemos lo que nos divide, vamos a seguir siendo esclavos de aquellos a los que les gusta mantenernos divididos. No les prometo que me volveré a desvelar para apoyar a la Selección pero admito que, lo que hace algunos meses atrás no haría, ahora lo estoy considerando.