En la homilía de este Domingo en la Catedral Metropolitana San Miguel Arcángel, Monseñor José Vicente Nácher, arzobispo de Tegucigalpa, reflexionó de “Cuántas personas sin esperanza, sufren con resignación la humillación de saberse “no necesarios’”, últimos, olvidados” la igual clamó por dignidad humana y recordó que un buen trato al recurso humano mejora los resultados de la empresa o la entidad.
“Para los cristianos las personas no son valoradas por su ‘fuerza de trabajo’ o por su influencia política, sino por su dignidad misma de hijos e hijas de Dios” igual recalcó, monseñor qué triste es cuando olvidamos a nuestros semejantes, simplemente porque son más pobres que nosotros”
La doctrina social de la Iglesia proclama con claridad la prioridad de la persona en todo acuerdo laboral. Esta parábola está llena de una profunda experiencia de aspiraciones humanas a un trabajo digno, así como de un sano realismo sobre los conflictos más frecuentes en el ambiente de trabajo, que no están exentos de abusos y envidias.
Así mismo se refirió a la envidia y explicó que esta significa entristecerse por el bien del otro. Qué triste es la envidia y qué poco cristiana, señaló, al término del mensaje dijo que los cristianos no hemos sido olvidados sino , llamados por Dios a colaborar en la construcción de su reino”