En estos días que han transcurrido luego de la resurrección del Señor, estamos llamados a profundizar la sinodalidad que vivían las primeras comunidades
Los discípulos de Emaús, nos enseñan que “Caminar juntos” es un gesto pascual y más aún en este tiempo sinodal. Es importante recordar que siendo la resurrección uno de los pilares fundamentales de la fe “No se puede vivir la Pascua sin sinodalidad”, afirmó el padre Bernardino Lazo, coordinador de las Obras Misionales Pontificias (OMP).
Sinodalidad
El presbítero, manifestó que arde el corazón, así como a los discípulos de Emaús, por lo que expresa que “Sin el Resucitado no puede haber sinodalidad, ya que, es Él quien nos saca de nuestros sepulcros de egoísmo”. El padre Santos Pablo Vásquez, párroco de la comunidad San Martín de Porres de Tegucigalpa, acerca de esta temática, considera que la alegría que provocó el encuentro de Jesús Resucitado con los discípulos de Emaús, es el sentido de este Sínodo.
“Que podamos volver a recuperar ese encanto precisamente de Dios en nuestra vida y descubrirlo presente en nuestros hermanos”, manifestó. Para ello, el presbítero afirma que hay que comenzar a hacer procesos de escucha a la gente. “Las lecturas de todos estos días nos han llevado a entender que, escuchando al otro, escuchamos precisamente a Jesús y la sinodalidad nos invita a eso, a escuchar al otro, saber lo que piensa, independientemente que esté dentro o fuera de la Iglesia”, detalló.
1 Discípulos
Ellos iban tristes y amargados, porque se habían quedado con la muerte y, cuando el Señor comienza a caminar con ellos realiza la fracción del pan, le reconocen y al reconocerle, vuelve la alegría y entienden la resurrección.
2 Sinodalidad
No se puede vivir la Pascua sin sinodalidad. La Pascua es para todos y la efusión de la Resurrección también, estos frutos se viven en la Iglesia. Es la Iglesia la que camina con el Resucitado y camina, sobre todo, para anunciarlo a Él.