Hoy se celebra la sexta Jornada Mundial de los Pobres y en la Arquidiócesis de Tegucigalpa, se han celebrado diversas acciones en favor de los más desposeídos. En la parroquia San Martín de Porres, el Cardenal Óscar Andrés Rodríguez presidió una Eucaristía junto un grupo de hermanos, con quienes, posteriormente se tuvo un gesto solidario de ayuda.
Durante la homilía, el arzobispo de Tegucigalpa analizó algunas de las razones, por la cual seguimos inmersos como país en la pobreza, en donde el 74% de la población, es considerada pobre. Fue enfático al mencionar que, la mayor pobreza que tenemos es nuestra indiferencia y doloroso que es, que muchas veces el mismo pobre explota al propio pobre. En muchas ocasiones, la pobreza es por causa de los ladrones. Recordó como hace algunos años, trabajo incansablemente en la condonación de la deuda externa y como, lastimosamente, el dinero condonado, “el compromiso fue que esos 400 millones de dólares que se tenían que pagar por intereses a las comunidades internacionales que nos habían hecho préstamo, el compromiso fue que ese dinero se usasen esos medios para aliviar la pobreza y qué pasó, se lo robaron”, según afirmó.
“Nuestro país no es pobre, lo han empobrecido por la falta de justicia, de amor, por el odio y la violencia” dijo el Cardenal, quien añadió que, la pobreza ha aumentado a pesar de tanto esfuerzo, por ejemplo por la guerra, no solo la de Ucrania, sino en muchos países en donde no se habla de ello, porque son países pobres.
Una de las causas, por la que no se puede acabar con la pobreza en el país, a criterio del arzobispo de Tegucigalpa, es la violencia, que deja grandes heridas en las familias. Esta jornada debe servirnos para que nos demos cuenta que, las causas de la pobreza provienen en primer lugar, de esta división, odio, falta de comprensión, de la injustica social. Esta jornada debe llevar a todos a evitar la indiferencia. La fe nos hace comprender que tenemos que ser solidarios.