San Juan Pablo II explicó en su encíclica Fides et ratio, que la fe y la razón son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad. “Dios ha puesto en el corazón del hombre el deseo de conocer la verdad y, en definitiva, de conocerle a Él para que, conociéndolo y amándolo, pueda alcanzar también la plena verdad sobre sí mismo”. Este importante enunciado, nos recuerda que la fe, lejos de contraponerse con la ciencia, se complementa.
Creación
En las últimas semanas, la NASA dio a conocer las imágenes del telescopio James Webb que, según la experta en astrofísica y astronomía, Nicole Mejía, estas han venido a mostrarnos las dimensiones que podría tener nuestro universo con un pequeño vistazo, miles de galaxias, nacimientos de estrellas en una nebulosa o estrella moribunda y todo gracias al trabajo de muchos científicos que lograron en conjunto crear cada componente de este gran telescopio u observatorio espacial, así como muchos científicos que construyeron estas imágenes a través de miles de archivos recreando cada píxel de más de 100 millones de píxeles.
Sobre esto, el presbítero Rodolfo Varela, párroco de la comunidad Nuestra Señora de la Visitación, considera que la obra de Dios es más grande de lo que habíamos imaginado y de lo que podemos comprender, pero cada vez nos vamos acercando más a la razón de lo que Dios hace y de la creación que ya ha hecho. “La fe y la ciencia no son enemigas, se complementan, la ciencia nos ayuda muchas veces a comprender la obra de Dios” insiste. El director del Observatorio Vaticano Guy J. Consolmagno explicó que “La ciencia detrás de este telescopio es nuestro intento de usar nuestra inteligencia dada por Dios para comprender la lógica del universo. El universo no funcionaría si no fuera lógico”.
Creación de Dios estelar
Desde el Observatorio Vaticano, explican que estas imágenes expuestas por la NASA, muestran detalles nunca vistos en este grupo de galaxias. Cúmulos brillantes de millones de estrellas jóvenes y regiones con brotes de estrellas recién nacidas adornan la imagen. Varias de ellas arrastran colas de gas, polvo y estrellas debido a las interacciones gravitatorias. Lo más espectacular es que Webb capta enormes ondas de choque cuando una de las galaxias, NGC 7318B, atraviesa el cúmulo”.