Reflexión | Circo 2.0

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Columnista Semanario Fides, Portavoz C.E.H y arquidiócesis de Tegucigalpa

Hace unas semanas, cuando se empezaba a caldear la situación por la crisis de la elección de la directiva del Congreso Nacional, recuerdo que en una entrevista en el Notifides hablamos de que se trataba del “Circo 2.0”. Unas semanas después, aun reconociendo que hay algunas cosas que no son semejantes a la legislatura anterior, tengo que reconocer que muchas acciones dejan mucho que desear de parte de algunos de los señores diputados.

Claro que generalizar es siempre temerario pero todavía no alcanzamos a ver que los que realmente entienden su papel y no están jugando a bajarse el sueldo por populismo, tomen la palabra para dejar esa politiquería barata que hasta el mismo doctor José Manuel Matheu les señaló en su propia cara el miércoles pasado. Por cierto, tengo la impresión que lo revelado por el secretario de Salud, es solo la punta del “iceberg” de lo que sumergido en algunas cuentas personales y de manera descabellada se hizo en las últimas semanas del Gobierno pasado aunque la actitud ya se gestaba desde varios años atrás.

Al igual que lo revelado por el secretario de Finanzas, lo que produce es escalofrío. Siempre que escucho de toda esa robancina, porque seamos honestos que también la han hecho en el pasado incluso algunos que hoy se quieren presentar como paladines de la justicia y de la ética, me quedo pensando si entenderán que ya sea la CICIH, las páginas de la historia y sobre todo el juicio divino, tendrán que rendir cuentas y todo ese dinero, todo ese poder, ¿De qué les habrá servido? Andar por la vida sabiendo que hay una cola larguísima que le pueden a uno pisar, no es manera de vivir.

Pero volviendo al nuevo circo, porque no hay manera más elegante de llamar a lo que hemos visto en el hemiciclo en los últimos días, tenemos que estar preocupados porque una cosa es que haya debates, que se discuta, que haya oposición o que se disienta; otra cosa, muy diferente, es ver esa falta de respeto a las intervenciones de los que toman la palabra. ¿Cuándo llegará el día en que podamos escuchar sin ofendernos? ¿Cuándo será el día en que por encima de cualquier interés particular se colocará el interés de la patria?

Quiero aclarar que me da muchísimo pesar el tener que llamar a ese remedo de actuar de algunos de los poco honorables miembros del Congreso, como un circo. Cuando uno va al circo va a divertirse, a relajarse y a pasar un buen rato. Las payasadas, diatribas y amenazas que vemos a ratos en el Congreso, no divierten en lo más mínimo, sino que asustan, porque reflejan la poca formación y la muchísima menor moral de algunos de los que ahí se encuentran. Repito y hago mías las palabras del titular de la SESAL: “Si creo que el sistema puede ser cambiado…” pero cuando cambien de actitud las personas que tanto daño han hecho y que siguen haciéndose las víctimas.

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