La Cuaresma es un impulso de reconciliación integral del ser humano

Honduras ha estado inmersa en las discrepancias por temas políticos y sociales, es allí donde este tiempo de conversión supone una oportunidad para reconciliarnos

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La apertura que la Cuaresma da a cada fiel católico para la conversión, es inigualable. Su sentido penitencial, las invitaciones a confesarse y las prácticas piadosas, invitan de manera natural a una transformación integral. La triple reconciliación se vuelve un camino que, a pesar de no ser sencillo, puede ir colocando los cimientos de una fe firme entre los creyentes, cubriendo todos los espacios de su desenvolvimiento.

Con Dios

La Cuaresma es invitación de volver arrepentidos ante Dios, emulando lo que cuenta Jesús en la parábola del Padre Misericordioso. Esta actitud de retorno, es lo que este tiempo litúrgico desea implantar, un restablecimiento de la relación rota por el pecado, así lo detalla Keyla Suazo, cantautora católica, al opinar que “Cuando estamos en una vida de pecado, interrumpimos la comunión con Dios, pues el peso de la culpa no nos deja avanzar”. Esto, trunca el proceso de conversión y hace que la reconciliación sea casi inalcanzable. El reconocimiento de que se debe volver a Dios de todo corazón, es el primer paso para reconciliarse con Él. Suazo expone que “se debe de dar la verdadera importancia de acudir al sacramento de la Confesión, pues se trata precisamente de reconocer nuestra debilidad humana y de darle el peso que amerita a la misericordia, al perdón del Señor”.

Consigo mismo

Otra de las reconciliaciones que se deben lograr en Cuaresma, es la que tiene que ver consigo mismo, adentrados en las realidades que cada uno vive. El Padre Mario Luque, Párroco de la Comunidad San José de Cedros, F.M., diserta que “Este tiempo, es un toque a la conciencia, dándonos cuenta del amor de Dios hacia nosotros y debemos verlo como un desierto que nos invita al recogimiento espiritual para hacer exámenes de conciencia”. Hay muchas personas que no se perdonan por algún error cometido y que trajo consecuencias para terceros, es aquí, donde según el presbítero “no debemos dejar que esto nos detenga o que nos robe la alegría de encontrarnos a nosotros mismos, por lo que debemos tener un corazón penitente, lleno de Dios”.

Para lograr una reconciliación con uno mismo, es imprescindible la aceptación de la realidad, tal como esta se presente. Por otra parte, se deben de reconocer las capacidades y limitaciones con que se cuenta y, sobre todo, encomendar este proceso de perdón en manos de Dios y de ser necesario, solicitando el acompañamiento espiritual de algún presbítero o religiosa.

Con los demás

Para lograr una verdadera reconciliación con los hermanos y en referencia con aquellos con quienes se ha tenido alguna riña personal. Manuel Morales, del Ministerio Redes de la Arquidiócesis de Tegucigalpa, expone que “Estamos en un peregrinar, en un camino por el desierto, donde debemos renunciar a muchas cosas: a las quejas, la vanidad, el orgullo, la soberbia, al odio”. Todos estos elementos, son nocivos para el ser humano, afirma Morales, quien además aporta que “este es el verdadero camino para lograr la reconciliación, apoyados en las prácticas acostumbradas: la limosna, la oración y el ayuno”. Esta unidad de oportunidades para manifestar y acrecentar la fe, abonarán para que sea realidad una reconciliación con Dios, con uno mismo y con los hermanos, teniendo en cuenta que se proponen otro tipo de reconciliaciones en la actualidad, como con la naturaleza.

La ceniza: un signo externo de reconciliación interna

La imposición de la ceniza en el inicio del itinerario cuaresmal, es uno de los signos más buscados por la feligresía católica, por lo que la Iglesia busca quitar la percepción de que es un amuleto o que traerá buena suerte. Otro aspecto que el catolicismo debe saber, es que hay dos formas de su colocación: la primera, es en la coronilla, que, de hecho, es como se utiliza en la Iglesia Católica Occidental, tomando en cuenta la Sagrada Escritura donde se refiere a dejar caer la ceniza; otra referencia, es la imposición de ceniza en la frente, que busca resaltar que quienes reciben este signo, desean fervorosamente iniciar más que un tiempo litúrgico y un camino verdadero de conversión. Ambos son permitidos, pero debido a la pandemia, el colocar la ceniza en la frente es menos viable, por lo que cada presbítero considerará la forma más segura en que realizará el rito para sus comunidades. Lo importante al recibir la ceniza, es que este signo externo, debe calar profundo en el interior de cada católico, promoviendo un anhelo de conversión.

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