Con la solemnidad de la Inmaculada Concepción se concluye el año dedicado a San José, un tiempo de gracia que ha dejado muchos frutos. El seminarista Abraham Gálvez, considera que recuperar la devoción josefina es uno de los grandes regalos de este año.
Para el Padre Dimas Rivera, este tiempo de pandemia mermó muchos retiros o formaciones que se pudieron haber dado en torno al patrono de la Iglesia Universal, pero fue una oportunidad para que, de manera personal, se conociera más sobre la vida y obra de San José.
Nora Sauceda, coordinadora arquidiocesana de la Catequesis destaca que se ha re descubierto al padre adoptivo de Jesús como modelo para todos los papas, en ese papel tan importante de ser custodios de la familia.
San José, es modelo de silencio, castidad, trabajo, servicio y fidelidad. Aunque este tiempo termina como tal, su intercesión continúa en favor de la humanidad.