Cada dos de noviembre los hondureños viven la tradición de visitar a los fieles difuntos, fecha que no se dejó de celebrar en este año, a pesar de continuar con la emergencia sanitaria a causa del COVID-19.
Fecha que también da paso a pedir por las almas de quienes perdieron la vida a causa del mortal virus, y quienes han dejado este mundo por los indicios de la violencia, estadísticas que han incrementado en los últimos días.
“La muerte es una escuela que nos enseña a vivir” Señaló su Eminencia Óscar Andrés Cardenal Rodríguez, quien además resaltó “No han muerto para siempre ni han desaparecido, estas en las manos de Dios”.
Palabras que se hicieron imágenes, cuando cientos de hondureños han visitado los diferentes cementerios de la capital, en donde también se ha visto la presencia de las Fuerzas de Seguridad, así como la participación de miembros de la comuna capitalina, quienes se dieron a la tarea de limpiar los alrededores de los capos santos, esto con el fin de evitar patologías como el Dengue.
De esta manera, se ha recordado la existencia de quienes han dejado el mundo y han pasado a vivir y descasar de la patria celestial, recordando que se debe vivir siendo feliz, dejando huellas y un legado en los ambientes que se desempeña.