Cada mes de octubre, se le ha considerado como “el mes de las brujas” porque el 31 se celebra Halloween, una fiesta a la que se le ha dado otro sentido.
La industria cinematográfica ha contribuido a la difusión del Halloween con una serie de películas en las cuales la violencia gráfica y los asesinatos crean en el espectador un estado morboso de angustia y ansiedad, lo que lo ha convertido en un gran negocio en donde se venden máscaras, disfraces, dulces, maquillaje y demás artículos necesarios son un motor más que suficiente para que algunos empresarios fomenten el “consumo del terror”. Sin embargo, como católicos no debemos promover este tipo de celebraciones, debido a que fomentan el culto a la muerte y al mal.
Significado
Halloween significa “All hallow’s eve”, que significa “víspera de todos los santos”, ya que se refiere a la noche del 31 de octubre, víspera de la Fiesta de Todos los Santos.
El Padre Vincent Lampert, exorcista y párroco en la Arquidiócesis de Indianápolis (Estados Unidos), afirmó que los padres deben recordar los orígenes cristianos de Halloween y aclaró que el problema de esta fiesta no está en los disfraces o dulces. Según el presbitero, el peligro radica en los trajes que glorifican el mal deliberadamente e infunden miedo, o cuando las personas pretenden “obtener poderes especiales” a través de la magia y brujería, aunque sea solo por diversión.
Estos son algunos datos por los que se sugiera a los católicos no disfrazarse en estos días:
Satanismo
Halloween es la más importante fiesta para los cultos demoníacos porque se inicia el nuevo año satánico y es como una especie de “cumpleaños del diablo” según testimonios de personas que se han convertido al catolicismo. Es en esta fecha que los grupos satánicos sacrifican a jóvenes y especialmente a niños porque son los preferidos de Dios, y en la que también se perpetran profanaciones de la Eucaristía en las iglesias católicas.
Mandamientos
En el libro de Deuteronomio, en el capítulo 18, se habla de no intentar consultar a los espíritus de los muertos, tampoco a los que practican magia, brujería o actividades afines. Aquello sería una violación de un mandamiento de la Iglesia, al colocar otras cosas por delante de la relación con Dios”.
Persecución
La costumbre de pedir dulces podría verse como una cosa inocente, pero se acostumbra que si no se da nada, los visitantes harán una maldad al residente del lugar. Hay quienes consideran que los inicios de esta costumbre están en la persecución que se hacía a los católicos en Inglaterra, donde sus casas eran presa de amenazas.
Ocultar
Muchas personas utilizan máscaras para ocultar debilidades o temores, pero los hace ser cosas que no son, ya sea animales o incluso monstruos o demonios. Esto podría estar llevando a adquirir personalidades que no son y a tomar actitudes que estén en contra de los valores cristianos.
Portales
El Padre José Antonio Fortea, demonólogo y exorcista, asegura que al disfrazarse de demonios o monstruos, podemos estar abriendo portales con lo desconocido.Además, el presbítero comenta sobre un caso de un joven quien se puso un disfraz de un asesino en serie el cual tenia un pasado oscuro, lo que hizo que desde que se lo pusiera, es que el portador comenzara a sentirse perseguido y no tuviera momentos de paz.