Imitar a María en sus virtudes es un camino al cielo. Quien quiera llegar a la vida eterna, a la salvación, difícilmente lo logrará prescindiendo de la Virgen. Las virtudes de la Virgen son muchas: – La humildad – nunca se sintió superior a nadie y sabía que todo le venía de Dios, pero en este artículo, le presentaremos 5 de las cuales las madres deben de tener presente en su diario vivir.
La fe viva
María es la mujer de la fe por excelencia. Aunque María fue testigo de la pasión, el sufrimiento y la muerte de Jesús, creyó que Él vencería a la muerte. Es por ello que las madres de hoy en día, deben de creer fielmente en Dios, sobre todo, cuando hay problemas en casa. Ellas, por lo general, son las que más oran cuando hay una situación compleja de resolver en el hogar.
Pureza divina
La verdadera devoción a María puede ayudarnos a mantener nuestra pureza, y si la hemos perdido, a buscar la restauración a través de la Confesión Sacramental. Nuestras madres están llamadas siempre a poder imitar a María, acudiendo al sacramento de la Reconciliación, eso les ayudará a mantener la pureza que las caracteriza al momento de amar a su familia.
Amor ardiente
La Virgen practicó el amor en grado sublime. María, en todo momento y lugar, amó ante todo a Dios. Así son las madres, ellas aman con locura a sus familiares a pesar de las dificultades. No miran de menos a ninguno de sus hijos y se preocupan por el que de ellos, tiene más problemas. Son capaces de entregarse al extremo por amor.
Paciencia heroica
Al acompañar a Jesús en su Pasión hasta su brutal Crucifixión y muerte, María manifestó una paciencia inigualable. Ella, a pesar de saber que su hijo iba a morir, fue paciente hasta el extremo, porque ella reconoció la misión que tenia en esta tierra. Las madres están llamadas a ser pacientes en todo momento, con la certeza de que todo pasa por algo y que siempre vendrán tiempos mejores.
Sabiduría divina
La Virgen tenía un amor ardiente por Dios y un deseo ardiente por la conversión de los pecadores y su salvación eterna. Es por ello que ella emitía su sentir con mucha sabiduría y eso quedó demostrado en las bodas de Caná. Las madres de hoy en día aconsejan o deben de aconsejar a sus hijos, no solo con amor, sino con mucha sabiduría.