Los fieles de las parroquias de una de las zonas eclesiales de la Arquidiócesis de San Pedro Sula, peregrinaron a la comunidad de Subirana del Olivar, lugar donde murió el gran misionero, padre Manuel de Jesús Subirana, esto para recordar su caminar en casi toda Honduras. Desde tempranas, horas una caravana de buses empezó a llegar a la comunidad, donde se encuentra el Pozo de Subirana, con todos los peregrinos de la zona para realizar la caminata hasta llegar al predio de la romería. El padre Rudy Geovanny Matías, párroco de la comunidad Nuestra Señora del Carmen de Yojoa, realizó la bendición del agua y luego comenzaron la caminata. El tema principal del encuentro lo impartió el padre Saulo David Zelaya de la parroquia Inmaculada Concepción de María, en el cual se habló sobre la misión, citando “La Misión del Redentor” del papa San Juan Pablo II.
Actividades
Como parte del programa, los sacerdotes de la zona realizaron confesiones y, los agentes de pastoral, llevaron a cabo dramas, danzas y animación. El evento terminó con la celebración de la Eucaristía, presidida por el padre Josué Danny Hernández, vicario general de la Arquidiócesis y concelebrada por los presbíteros de las 7 parroquias de la zona.
En su homilía el padre Josué Danny preguntó “¿Que significa ser misionero al estilo de Subirana? Significa amar, porque sólo amando es que podemos ser capaces de entregarnos, así como este misionero se entregó en todos los territorios que visitó, no sólo de Honduras, sino, también, en El Salvador, Guatemala y Nicaragua”. El presbítero agregó que “Subirana fue un sacerdote claretiano que supo entregar la vida para llevar el anuncio del Evangelio a todos los lugares”. Manuel de Jesús Subirana nació en 1807 en Manresa, Barcelona, y murió en San José del Potrero, Cortés, en 1864. Sus restos, a solicitud suya, fueron transportados a Yoro.