El Viernes Santo significa el recuerdo de la crucifixión de Jesucristo, acontecimiento que cambio por completo la historia de la humanidad. Este es el único día que no se celebra la Santa Eucaristía en todo el año.
Normalmente por la mañana se realiza la práctica de piedad conocida como el Vía Crucis que revive el recorrido del Señor hacia la cruz.
Normalmente, a las 3 de la tarde se celebra el oficio de la Pasión del Señor, que contiene la Liturgia de la Palabra. Aquí siempre se lee la pasión del Señor según San Juan. Además, se adora la santa cruz y se distribuye la comunión. Ni al inicio ni al final de la celebración hay cantos. No se da la bendición final, porque es parte de una misma celebración que comienza el Jueves Santo.
En las iglesias, las imágenes se cubren con una tela morada y el sagrario está abierto en señal de que Jesús no está. El color morado en la liturgia de la Iglesia significa luto. Se viste de negro la imagen de la Virgen en señal de luto por la muerte de su Hijo. Podemos recordar leyendo el Evangelio de San Juan, capítulo 18, versículos 1-19, 42.