Los obispos de la Conferencia Episcopal de Honduras (CEH), en su mensaje del pasado 10 de junio denominado, “Las Elecciones del Bicentenario”, hacen referencia a este proceso electoral a desarrollarse en noviembre próximo, sobre todo, al cumplirse 200 años de independencia, es más un llamado al elector para no creer en las falsas promesas de los aspirantes como se ha caído a lo largo de la historia.
La Doctrina Social de la Iglesia nos recuerda el deber que tenemos de pensar en aquellos candidatos en quienes vemos una aptitud real, auténtica y coherente que los haga capaces de conducir a Honduras por los caminos de un desarrollo sostenible en paz y en justicia, es decir, personas con capacidad y voluntad para construir el bien común y defenderlo. Necesitamos candidatos con un comportamiento ético, que no estén marcados por la lacra de la corrupción o el narcotráfico que tanto daño han hecho a nuestro país.
La CEH, también dijo que “Exijamos de los candidatos el respeto por la dignidad de la persona, por la vida, por sus libertades, sus derechos, sus legítimas aspiraciones y por su plena realización como seres humanos. El perfil idóneo de un candidato no es el que conviene a intereses particulares, sino el que conviene y necesita un pueblo entero”, reza el enunciado número dos de este mensaje que cada día genera más eco en la población.
Determinaciones
A medida se acerca la hora cero, diversos sectores de la sociedad manifiestan su preocupación sobre el futuro del país, pero coinciden que el cambio está en el voto consiente, razonado y masivo. “Para cambiar el futuro, se necesita una ciudadanía comprometida que salga este 28 de noviembre a dar muestras de civismo”, manifiesta Luis León, director ejecutivo del Instituto Holandés para la Democracia Multipartidaria (NIMD). El Arzobispo de Tegucigalpa, Su Eminencia Óscar Andrés Cardenal Rodríguez, pide que, por el bien de Honduras, se pueda reflexionar en un momento fundamental para el país. “No se trata de ir a votar por un color político, por una fotografía, por propuestas vacías o dádivas”, puntualizó.
