UN SOPLO DE RENOVACION ECLESIAL

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Del 4 al 29 octubre de 2023 se celebrará en el Vaticano la primera sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”. Quizás sea el evento eclesial más importante luego del Concilio Vaticano II, porque representa el inicio de un proceso de rearticulación de la hermenéutica conciliar a la luz de una nueva recepción de la Eclesiología del Pueblo de Dios. 

Un evento convocado por el Papa Francisco e histórico por la cantidad de novedades en fondo y forma que se han introducido, una de ellas, las tres fases de <consulta y escucha> al Pueblo de Dios que caracterizan el camino sinodal: (i) diocesana, (ii) continental y (iii) universal.

Para los trabajos que se desarrollarán durante la Asamblea General, la Secretaría General del Sínodo del Vaticano, publicó el documento Instrumentum Laboris (IL) “documento de trabajo” en latín – que utilizarán los participantes en la primera sesión de la Asamblea, el cual sintetiza los frutos de los debates de las fases diocesana y continental.   

La XVI Asamblea General tiene como objetivo prioritario relanzar el proceso sinodal y encarnarlo en la vida ordinaria de la Iglesia, identificando en qué líneas el Espíritu nos invita a caminar con más decisión. El dinamismo del caminar juntos de la Iglesia, en fidelidad a la misión que el Señor le ha confiado, es el fruto que pedimos para la próxima asamblea.

Hay una gran expectativa en la Iglesia por las conclusiones a las que se llegará; no se pretende cambiar el dogma – como muchos detractores mal intencionados han afirmado –, ni se trata de un parlamento para socializar iniciativas que reformen la disciplina eclesiástica.

El Sínodo de los Obispos inició en 1965 gracias al papa San Pablo VI y ha tratado siempre temas coyunturales en la Iglesia. Ahora habrá una novedad especial: si el Sínodo va a tratar el asunto sinodal era muy lógico que se viviera la sinodalidad en su desarrollo, por ello han sido integrados otros miembros del pueblo de Dios no obispos, en total 370 personas. 

El proceso sinodal pleno solo existirá verdaderamente si se implican en él las Iglesias particulares (parroquias). En ellas y a partir de ellas existe la única Iglesia católica, y contribuyen eficazmente al bien de todo el cuerpo místico, que es también el cuerpo de las Iglesias (cf. LG23). La implicación de las Iglesias particulares alcanza también a otros organismos como las Conferencias Episcopales, con sus expresiones nacionales, regionales y continentales. 

Mientras se desarrollan las dos sesiones en 2023 y 2024, la Iglesia continúa el camino sinodal en las comunidades eclesiales locales. Para ello, los documentos de este proceso son siempre útiles y no pierden vigencia. Más aún, el Instrumentum Laboris desde ya puede ser utilizado en la actividad evangelizadora de las Iglesias Particulares como incentivo de reflexión y aliciente de acción.

Todos los servidores de la evangelización estamos invitados a continuar en nuestras propias comunidades eclesiales el camino sinodal, porque este no es una actividad aislada o un proyecto pontificio, es la vida misma de la Iglesia que continuamente se renueva con el ánimo de llegar a todos como Cristo lo hizo.

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